Nota publicada online
La muestra "Entro" que se exhibe hasta el 8 de diciembre en el Centro Cultural Recoleta presenta pinturas e instalaciones que juegan con la figuración y la abstracción, el contenido y la superficie, el adentro y el afuera.
La exposición Entro de Martín Di Girolamo es una serie de pinturas e instalaciones de mujeres en la que no se ve prácticamente ninguna mujer. Tramas de cintas de colores que se cruzan y superponen como una red sin fin aparecen en telas pintadas con acrílico, cajas de luz, y cintas teñidas que avanzan sobre la sala C del Centro Cultural Recoleta.
-¿Estas obras son sobre las mujeres?
-Estas obras son mucho más mujeres que las chicas de revista de mis otros trabajos.
-¿Dónde aparece la mujer entre estas cintas?
-En la complejidad, en el intersticio.
En el proceso de selección de imágenes para las esculturas de chicas con las que Di Girolamo trabaja en serie desde 1996, el año pasado estableció como meta trabajar a partir de los mismos elementos formales de la imagen pero transformados. Así el artista partió de la selección de puntos de color de las pinturas de sus chicas porno-eróticas y proyectó esos pixeles de color una y otra vez hasta conformar un entramado de cintas que cubrió la imagen primera.
Entro invita a recorrer una trama que es el discurso abstracto de aquellas chicas con bikinis mucho más pequeños que sus talles. Si algunos piensan que se trata de un ocultamiento, Di Girolamo cree que aquí aparece algo más esencial de aquellas provocativas mujeres que antes eran pura superficie. Aquí hay una externalización a partir de líneas geométricas a través de las cuales, si espiamos, podemos descubrir fragmentos de mancha que pertenecen a la imagen figurativa ahora hecha abstracción.
Di Girolamo también hizo cuerpo aquellas tramas y en la tridimensionalización de ese supuesto ADN, ya no se cubre imagen alguna sino que se crea una invasión en el espacio que se repite en las sombras proyectadas sobre las paredes.
De todas formas en un gesto que puede ser nostálgico o explicativo, hay una escultura de las sexy girls de Di Girolamo: Una mujer blanca nacarada, que observa extasiada desde una nube de sábanas agitadas. La blanca nacarada es una infiltrada y la única superficial sobreviviente.
Están invitados a entrar en la trama y ver que, cubierta por una irradiación de contenido, yace la superficie.
...