Nota publicada online
La muestra, curada por María José Herrera y Andrea Elías, se presenta hasta febrero de 2014 en el Museo de Bellas Artes de Salta.
María Martorell, la energía del colorse inauguró recientemente en el Museo de Bellas Artes de Salta. La misma se enmarca dentro de la política de exposiciones temporarias que tiene dicho museo y que pone en valor la obra de artistas locales. La muestra abarca la producción de la pintora salteña desde mediados de los cincuenta hasta los noventa. Con curaduría de María José Herrera –curadora invitada- y Andrea Elías –directora del museo- , la muestra recorre la trayectoria de Martorell desde su vinculación con elarte concreto, pasando a sus búsquedas propias que la situaron en el orden delhard edge,el arte óptico y lageometría sensible.
María Vidal de Martorell (1909-2010) se inició a los treinta y tres años en la pintura figurativa en Salta, de la mano del pintor y escenógrafo Ernesto Scotti (1901-1957) en la década del cuarenta. En los cincuenta viajó a Europa y, en París tomó cursos con Pierre Francastel y Paul Rivet, se relacionó con la galería de Denise René y tuvo contacto con artistas como Victor Vasarely y Vantongerloo. Sus inquietudes personales motivaron el estudio y el análisis sobre la abstracción que de a poco fue volcando en sus obras.
Como explica María José Herrera en su ensayo sobre la artista, Martorell vio un nuevo lenguaje plástico en Kandinsky y Mondrian:”…Con esos artistas se encontró en los museos, pero a otros como Georges Vantongerloo, Nicolas Schöeffer y Jesús Soto, los visitó en sus atelieres donde estaban activamente produciendo una nueva abstracción que estudiaba las leyes de la óptica y, con ellas, las condiciones del ojo que posibilitan el “pensamiento visual”. Por esos rumbos iría María Martorell cuando definió su imagen…”.
La exposición ocupa buena parte de las salas del museo y se divide en siete núcleos que recorren la producción de la artista desde 1954 hasta 1993. Además, incluye una instalación de sitio específico denominadaLa banda oscilante, que reconstruye la obra que la artista realizó en 1969 en la galería El taller de Buenos Aires. Con el diseño museográfico a cargo de Carolina Mitchell, se trabajó en la reconstrucción de esta obra: una banda de tres estridentes colores atraviesa una sala pintada de negro iluminada con luz negra. Un espacio sensorial para que el espectador pueda vivenciar la vibración de los colores, cuestión en la que Martorell trabajó arduamente. La reconstrucción parcial parte de la única foto que se conoce y muestra el efecto de reverberancia visual sobre dos de las paredes de la sala. La banda parece flotar en un espacio sin referencias, se produce una dispercepción en la que el cubo, el ambiente, se desvanece.
En otro ámbito del museo, la sala de arte precolombino, acompañados de excelsas piezas del patrimonio salteño, se exhiben tres tapices y dos óleos que dan cuenta del interés de la artista en ir más allá del lienzo y fusionar su obra con las figuraciones ancestrales del NOA. Otra incursión más allá de la tela, es la instalación de un objeto llamado Experiencia A6:se trata de un divisor de ambientes de acrílico (placa) con una de sus características composiciones de ondas. Luego, dos vitrinas albergan una selección de documentación del extenso archivo personal de Martorell: catálogos de sus exposiciones, fotografías, artículos, diseños y hasta un ejemplar de pañuelo de seda que realizó con sus típicas ondulaciones para una reconocida firma.
La exhaustiva investigación que se realizó para esta exposición, estará plasmada en un libro-catálogo que se presentará en febrero de 2014 en el museo. Contará con ensayos sobre la trayectoria de María Martorell, su trabajo con los tapices, análisis de obras, una pormenorizada cronología y la más completa bibliografía realizada hasta el momento.
Desde sus comienzos y hasta la actualidad las obras de María Martorell participaron en incontables exposiciones individuales y participó en muestras colectivas en la Argentina, América y Europa. Sus piezas se encuentran en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Salta, el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, el Museo de Bellas Artes de Tandil, el Fondo Nacional de las Artes, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Emilio Caraffa de Córdoba, el Museo del Banco Provincia de Buenos Aires, la OEA en Washington (EEUU) y en otras tantas colecciones públicas y privadas.
Como menciona Andrea Elías en el catálogo de mano: “…Reconocer la figura de María Martorell es comprender su complejidad. En ella confluyó el vínculo con su Salta natal de fuerte presencia en su obra, su lugar de mujer artista y una firme vocación por crear un arte que ella entendía como fuente de conocimiento…”.
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