Nota publicada online
Luciana Levinton homenajea con su muestra a la arquitecta francesa Charlotte Perriand, que trabajó muchos años con Le Corbusier, pero fue olvidada por la historia y las revistas de arquitectura que ella misma interviene en muchas de sus obras.
Puede leerse como el homenaje de una pintora a una arquitecta. O simplemente como la producción en pintura de una artista que trabaja con la arquitectura como concepto en sus obras. Hija de arquitectos y arquitecta ella misma, Luciana Levinton exhibe en estos días parte de esos trabajos en su muestra Hábitat, en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA), con la curadoría de Georgina Gluzman.
En esta serie que exhibe ahora en Hábitat Levinton trabajó sobre la referencia de proyectos de la arquitecta Charlotte Perriand (París, 1903-1999). En otras ocasiones había trabajado de manera similar en homenajes a Lina Bo Bardi y Lygia Clark.
Luciana pinta con óleo sobre tela en la producción de obras de formato mediano y grande, pero también realiza intervenciones en acrílico y óleo sobre páginas de revistas de arquitectura de los años 70. Es un sistema que viene utilizando desde hace no menos de una década: desarma las revistas de arquitectura, selecciona e interviene las páginas, pinta en ellas una forma orgánica que tapa el contenido original de la revista y sobre esa mancha -que siempre repite la misma forma o tiene variaciones apenas perceptibles- dibuja y pinta nuevas imágenes. En sus palabras: “Empecé a hacer esa forma que me permitía dibujar adentro, me daba como un espacio. Yo tapo lo que tenía la revista con esa forma y me da un soporte para hacer un dibujo. Esa forma no es nada, es lo distinto de la arquitectura porque es pincelado, bien curvo, para que haga contraste con lo que está arriba que termina teniendo rectas, que son planos o perspecticvas. En realidad es el mismo lenguaje que los de abajo, que los planos que están en la revista. Después, esa mancha para mí es la pintura y después vuelvo a la arquitectura, a dibujar como en la arquitectura que le tiro arriba de ese material tecnico”.
-Es como una superposición de tus dos campos -lo arquitectónico y lo pictórico- en el mismo soporte...
-Sí, son medio autobiográficos esos papeles. Yo siento que es como toda mi lógica, mi historia, la arquitectura que yo estudié, que me gusta, que me interesa. Después la pintura que descubrí como a los veintipico, cuando me recibí. Y luego un retorno... porque yo en realidad todo lo que pinto está sobre material que estudié en arquitectura. Entonces es un poco ir y volver de la arquitectura a la pintura, esa arquitectura pintada. Algo así como hablar de la arquitectura con la herramienta de la pintura.
-Lo que tiene que ver más con Perriand, en este caso, ¿es el soporte o lo que vos pintas en él?
-No, el soporte es medio a la bartola, lo elijo visualmente o por algún texto que me interesa. Pero después como lo tapo por la mitad, es como que lo piso... Un poco se ve, un poco no. Todas las obras de esta muestra son en base a proyectos de Charlotte Perriand, muchos son los proyectos que hizo en sociedad con Le Corbusier y Pierre Jeannerete. Ella tiene una serie de trabajos que hizo cuando era joven, de interiorismo, de refacciones de departamentos, con todos los muebles que dibujaba. Algunas de las pinturas son de eso, de dos departamentos que diseñó en París. Entonces yo tomo perspectivas o planos o fotos viejas quen hay y pinto en la tela grande. Y después hay mucho material de lo que hicieron en equipo durante los 10 años que trabajó con Le Corbusier y Jeanneret. De esa etapa hay muchos muebles, ella era experta en esa escala de los muebles, sabía bien cómo hacer un almohadón, dalre la forma, etc. Pero mi pintura en referencia del trabajo de Perriand es pintura nada realista... Me interesa, sí, con estas pinturas, poner sobre la mesa, hacer visibles a estas mujeres que han sido olvidadas por la historia de la arquitectura y por las revistas de arquitectura.