Nota publicada online
Fundación Proa inaugura la exhibición “Laberintos”que expone ejemplos de la historia, la literatura, el cine y las artes plásticas realizando un recorrido por sus salas organizadas en cuatro núcleos temáticos. Las curadoras de la muestra, Cecilia Jaime y Mayra Zolezzi proponen este recorrido de la mano del arte.
La idea de un laberinto, con sus calles y encrucijadas especialmente complejos, produce cierto vértigo y misterio. Sagrados o paganos, los laberintos pueden ser la perdición o el camino de la salvación y, como señaló Jorge Luis Borges, “pueden provocar temor, pero también esperanza; temor porque estamos perdidos, esperanza porque hay un centro, un plano, una arquitectura."
El mito del laberinto explora las habilidades del hombre para controlar su propio destino. Pero una de las más importantes significaciones del símbolo del laberinto está asociada a los rituales de iniciación. Por lo tanto, el laberinto es el símbolo que representa la búsqueda del centro personal, del sí mismo del ser humano.
Fundación Proa presenta este laberinto de laberintos; un sinuoso laberinto creciente que abarca el pasado, el presente y el futuro, de la mano de artistas de todos los tiempos. Entramos a él por una sala que ya nos invita a dejar las urgencias contemporáneas en la vereda. Una video instalación 360º, muestra el origen del laberinto en el mito de Teseo y el Minotauro, posteriormente como símbolo religioso, más tarde -en el Renacimiento- en el interior del ser humano, hasta llegar a la contemporaneidad que se expande técnicamente al laberinto de la internet, considerado el más grande del mundo. “LABIRINTI. Storia di un segno”, seis minutos de historia para conocer el mito del laberinto y su evolución histórica, realizada para la Fundación FMR -Franco María Ricci-, en Parma. Un remanso para iniciar el recorrido con instrucciones precisas para perderse.
La Ciudad como laberinto, es el segundo laberinto en el que los distintos artistas nos invitan a transitar. Las fantásticas ciudades de Xul Solar fueron fuente de inspiración para el diseño de montaje de Pablo Zaefferer, con paredes intrincadas y fragmentadas donde se exhiben los planos de León Ferrari. Domina la sala el gigantesco laberinto circular y transparente, el molinete de Dan Graham diseñado especialmente para Proa y que invita a recorrerlo sin perder de vista otros laberintos como el de Pablo Siquier, Jorge Miño, la brasileña Regina Silveira y Edgardo Giménez, con una obra inédita ya que fue realizada para el Cayc y por un tema de espacio, nunca pudo ser exhibida en su totalidad.
Una sala íntima sala exhibe históricos grabados Piranesi de la mítica Jericó presentes en los manuscritos realizados por maestros escribas, pasando por las cárceles de Giovanni Battista, junto a un video especialmente editado para la muestra.
El laberinto en la literatura y el cine es el tercer eje temático que presenta textos de Jorge Luis Borges, Umberto Eco, Julio Cortazar y Manuel Mujica Lainez, quienes nos invitan a imaginar el laberinto como el impensable infinito. Completa el núcleo un homenaje al laberinto en el relato cinematográfico, realizado en Proa por Ananda Rigoni Aller, con una selección de películas que abarca desde “Metrópolis” de 1927 hasta “La isla siniestra” de 2010.
En la última sala se expone el laberinto en el cuerpo como deja entrever Antonella Bussanich en su video que comienza con el trazado de un laberinto en la arena -que remite al de la Catedral de Chartres-, hasta transformarse en un cerebro humano, presente también en la obra de Yoan Capote; laberintos posibles aún dentro de nosotros mismos. También aquí se exhibe una obra muy poco conocida de Horacio Zabala: “Estoy en un Laberinto”, contemporánea a sus emblemáticas Cárceles. Javier Bilatz con sus nuevas tecnologías -una gran pantalla “identifica” al espectador y lo retrata- también nos hace reconocer el laberinto interior. La instalación de Michelangelo Pistoletto, realizada en cartón corrugado invita a internarnos en él -convirtiéndonos en parte de la obra- hasta el centro mismo del laberinto donde cada uno encontrará su propio reflejo, cual Narciso en el agua.
Adriana Rosemberg, directora de Proa gestó la idea de Laberintos hace unos meses al reflexionar sobre la compleja problemática actual, tanto a nivel nacional como internacional. “Siempre hemos considerado que las instituciones culturales deben estar en consonancia con los acontecimientos. Desde la Fundación tratamos de tener un calendario flexible para poder dialogar con el contexto”.
Para las jóvenes y talentosas curadoras Cecilia Jaime y Mayra Zolezzi “el arte propone y la historia enseña. Por lo que en la exhibición se incluyen los grabados y los relatos de mitos y fábulas. Rescatamos el hacer y la palabra de los artistas. Surgieron las voces de escritores, de directores de cine y artistas visuales y, con videos, documentos, fotografías, imágenes de la naturaleza, trazamos un extraordinario panorama acerca de lo laberintos que, al decir de Borges en su libro “Manual de zoología fantástica” son una casa hecha para que la gente se pierda”.
Laberintos es una invitación a realizar un recorrido con instrucciones para perderse y, al final del camino, encontrarnos a nosotros mismos. ¡Bienvenidos!