Nota publicada online
Nacido en Santa María, Catamarca, Argentina, es arquitecto y empezó su formación artística en el taller de su padre, Enrique Salvatierra. Tomó clases de dibujo en el taller de la artista plástica Kelly Romero. Asistió a clínicas con Luis Felipe Noé y Andrés Labaké. Realizó viajes de estudios e investigación por diversas ciudades y museos de América Latina, Europa y Estados Unidos. Desde 2010 participa en diferentes salones de arte, a nivel nacional, regional y provincial. Actualmente, se encuentra avocado en su estudio-taller a la producción de su obra pictórica, paralelamente al desarrollo de proyectos de arquitectura y diseño.
¿Qué es el arte sino una manera de crear mundos?
Jerónimo Salvatierra Rasjido los crea.
Se trata de mundos imaginarios, ideales y propios que alcanzan la luz cuando se plasman en el papel y se convierten en metáforas.
Metáforas que nunca quedan reducidas al mundo de la ficción sino que producen una reorganización de la realidad conocida y nos ayudan a comprenderla.
Jerónimo es arquitecto y como tal construye pero, por sobre todo, lleva impreso en su adn el arte. Como artista, nos habla de sus raíces y de su manera particular de habitar la tierra.
Sus padres, el artista plástico Enrique Salvatierra y la diseñadora textil Manuela Rasjido, nacieron y viven Santa María, Catamarca. El mamó toda esa energía vital –el amor al arte y a la tierra- para encontrar y desarrollar su propio camino. Único y distinto.
Realiza registros fotográficos cuando recorre los pueblitos de los Valles Calchaquíes, apropiándose de las anónimas arquitecturas de adobe que encuentra a su paso, para luego, reconstruirlas digitalmente.
Estos “artefactos arquitectónicos” resultantes, componen estructuras que la mente reconoce y que, inmediatamente, se vuelven inquietantes porque parecen desprenderse de su realidad “fenomenológica” para flotar en el aire, contradiciendo todas las leyes de la naturaleza.
Aplicando un concienzudo manejo de volúmenes, colores y texturas, el arquitecto-artista explora, en posibilidades que parecen infinitas, otras arquitecturas que aluden a nuevos sentidos, impulsándonos a reflexionar sobre uno de los temas centrales del hombre: el de la propia identidad.