Nota publicada online
"Viva Arte Viva" es el lema de la 57va edición de la bienal, que se realizará desde el 13 de mayo y el 26 de noviembre de 2017 y cuya curadora general es Christine Macel.
Bajo el lema “Viva Arte Viva” Inaugura mañana una nueva edición pensada como una celebración. En palabras de Paolo Baratta, el Presidente del Consejo Directivo de La Biennale di Venezia, “este año está dedicada a celebrar, a dar las gracias, incluso, por la mera existencia del arte y los artistas, cuyos mundos expanden nuestra perspectiva y el espacio de nuestra existencia.”
Christine Macel, jefa de curadores del Museo Nacional de Arte Moderno francés, el Centro Pompidou y curadora de la “mostra” la entiende como una 'exposicón inspirada por un humanismo.' En este tipo de humanismo, el acto artístico es contemporáneamente un acto de resistencia, de liberación y de generosidad."Viva Arte Viva" es una exclamación, un grito apasionado por el arte y la posición del artista.Viva Arte Viva es una bienal diseñada con los artistas, por los artistas, y para los artistas."
"Hoy día, en un mundo lleno de conflictos y conmociones, el arte es testigo de lo más valioso que nos convierte en seres humanos. Es el terreno principal para la reflexión, la expresión individual, la libertad y los cuestionamiento fundamentales," sostiene la curadora. "El papel, la voz y la responsabilidad de los artistas son más cruciales que nunca en el marco de los debates contemporáneos."
La muestra central reúne 85 pabellones de países participantes, cada uno con su propio curador, dan vida al pluralismo de voces que es el sello distintivo de La Biennale di Venezia.
Claudia Fontes, es la artista elegida para representar a nuestro país. Nacida y criada en Haedo, está radicada en Brighton, Inglaterra, desde 2002 y sigue trabajando distintos proyectos en Argentina.
“Este lema pone el arte en un lugar de celebración y de festejo, porque ofrece salidas a pesar de la gran crisis que vivimos. Es una de las mejores bienales que podía tocar porque soy una ferviente militante de hacer arte y del respeto por los artistas”
"Cuando me llegó la invitación comencé a estudiar el espacio -una vieja fábrica de balas de cañón de una Europa colonizadora- la historia de la Bienal y la historia de los envíos argentinos.” Así nos contaba Claudia Fontes cómo surgió el proyecto de la instalación que desde ayer se erige en el Pabellón de Argentina en la Biennale Arte 2017. Fontes descubrió que el primer envío de una obra al extranjero había sido el de Ángel Della Valle con destino a Chicago, Estados Unidos, a fines del siglo XIX. Su obra "La vuelta del malón" representaba lo que entonces se entendía como “la conquista del desierto”, la apropiación violenta por parte del Estado de las tierras habitadas por poblaciones indígenas en el siglo XIX en Argentina y con ello el surgimiento de la nación.
La artista tomó prestados aquellos personajes que tienen un rol pasivo en esa pintura – un caballo blanco y una mujer cautiva – y los puso en acción en su propia instalación, mediante un juego de escalas que expresa las emociones que estos dos personajes intercambian. En un giro contundente, Fontes reemplazó a los jinetes por el edificio mismo del pabellón, junto a todo su contenido histórico. Pero mujer y caballo no están solos en su pathos: 400 rocas amenazantes, un joven y una sombra completan la escena.
El problema del caballo, un problema "político y poético"
En su ensayo para el catálogo escribe Gabriel Giorgi:
“El caballo, protagonista central de las narrativas capitalistas y coloniales de extracción y de configuración de lo natural en recurso –que fue, y sigue siendo, el modo dominante de inscripción de América Latina en los imaginarios globales– aquí “salta”, corcovea, patea el tablero de los tiempos y las formas, y trae, como problema, la pregunta por otra relación posible, a la vez que urgente, entre humano y animal –y por lo tanto, otros modos de relación entre los cuerpos: otro entre cuerpos — que no queden capturados en las narrativas de la dominación y control que, finalmente, son las únicas que el capital ha podido inventar.”
La obra de Fontes puede verse como una pregunta abierta sobre las posibilidades de revertir las múltiples manifestaciones de la colonización. Al subrayar cómo los destinos de las especies humana y equina han sido entrelazados por la explotación desde el mismo momento en que domesticamos los caballos, El problema del caballo, ofrece un relampagueo para reinterpretar la historia de modo diferente, una oportunidad de construir una narrativa alternativa para nuestro futuro como especie.
Historia del proyecto:
Fontes tomó las ideas para El problema del caballo de tres fuentes diferentes. El punto de partida fue la presencia oculta del caballo detrás de los materiales con los cuales está hecho el edificio. El caballo y su tracción a sangre cumplían, en la época en la que se construyó el Arsenal, un rol protagónico en la fabricación y el transporte de la madera, el ladrillo y el hierro.
Un segundo aspecto contextual que la artista aborda, es la función original del edificio: la fabricación de cañones y balas de cañón para los barcos que se construyeron en el Arsenal desde el siglo XIII en adelante, en lo que constituye el primer ejemplo histórico de una línea de producción, antecesora directa del fordismo.
Finalmente, la historia de La Biennale di Venezia como institución que insiste en perpetuar la tradición decimonónica de las representaciones nacionales hizo que Fontes localizara su acercamiento crítico en cómo la idea de nación se ha forjado a través de la historia, y específicamente en Argentina.,
El problema del caballo es curada por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina. El caballo permanecerá cautivo, correjimos, "expuesto" en el Arsenale corcoveando y sacudiendo las ideas de nación en un mundo que reformula cada día sus fronteras. Quién sabe...tal vez, la valiente mujer o el sorprendido niño se conviertan en su jinete y el Arsenale (y La Biennale) despierte un día sin caballo y sin problema.
Seleccionados por Christine Macel, otros cuatro artistas representarán a nuestro país en la 57ª edición de la Bienal de Venezia: Nicolás García Uriburu (1937-2016), quien será homenajeado ya que se cumplen 49 años de la histórica coloración del Gran Canal-, Liliana Porter con su obra “Man with the axe” -presentada en Malba en 2013-, Sebastián Díaz Morales, quien vive y trabaja en Amsterdam y Martín Cordiano quien reside en Londres.