Nota publicada online
“La escultura pertenece a la ciudad, es ciudadana por definición y esencia.” MJHV, 1984
En la sala 7 del Centro Cultural Recoleta la obra de María Juana Heras Velasco (1924- 2014) sigue conquistando, orgullosa, el espacio con sus líneas simples pero decididas y sus planos francos a los que les incorpora color. Se trata de verdaderas señales que nos sugieren, silenciosas pero autoritarias, detenernos y prestar atención. Una obra llena de significado, de líneas dinámicas que atraviesan el espacio en distintas direcciones, formas planas de colores puros dominadas por fuerzas ascendentes y descendentes; caminos infinitos y equilibrios sutiles. Líneas que generan espacios; espacios que nos hablan de vacíos. El vacío que es su gran preocupación; el vacío como manifestación de la ausencia. Un vacío que deja su huella.
María Juana Heras Velasco formó parte de la renovación del lenguaje de la escultura de la segunda mitad del siglo XX, y es reconocida como una de las artistas más representativas de la abstracción geométrica en la Argentina.
Como sostienen en su texto Victoria Lopresto y Fernanda Heras, curadoras de la muestra, hacia mediados de los años 60 María Juana abandona las técnicas tradicionales para experimentar con materiales y procedimientos de origen industrial. Así comienza a trabajar con chapas de hierro a las que aplica color a través de técnicas utilizadas en la industria automotriz. A partir de esta materialidad consolida su vocabulario formal, entendiendo a la escultura como una construcción organizadora del espacio a través de direcciones y fuerzas en tensión.
El interés por el entorno urbano atraviesa toda su producción, y está sujeto a la necesidad de hablar de su tiempo, de allí surgen los temas y el repertorio formal de sus obras. El sistema visual de la señalética, las vistas aéreas de la ciudad, e incluso la producción de poetas, músicos y artistas contemporáneos cuyas obras también abordan distintos aspectos de la ciudad, serán sus referencias estéticas o puntos de partida. Hoy como entonces, María Juana nos propone pensar la ciudad como un lugar para construir y habitar lo imaginario.
Desde 2014, Victoria Lopresto y Fernanda Heras llevan adelante el Archivo Taller Heras Velasco que tiene por objetivo proteger, investigar, difundir y activar el legado de la escultora. En función de ello, en 2012 se comenzó a trabajar en la catalogación de su obra, y en el relevamiento del material documental producido por la artista en el desarrollo de sus actividades. Más tarde, en 2015, se refaccionó el que fuera su espacio de trabajo, para generar allí las condiciones ambientales adecuadas para albergar su legado. Esto permitió reunir en su taller el conjunto de sus obras, sus herramientas y su archivo personal, hasta entonces disperso.
A medida que se completan las distintas etapas de trabajo los documentos son incorporados al catálogo en línea del Archivo IIAC UNTREF, donde se encuentran disponibles para su consulta.