Nota publicada online
La muestra que se presenta hasta el 2 de agosto en la Casa de Córdoba, reúne la obra de 5 artistas cordobeses: Marcos Goymil, Atenas Adalid, Rosana Fernández, Diego Rainaudo y Leticia Bernaus.
Con la premisa de abarcar el territorio desde otra perspectiva, Celeste Martínez Abburrá, artista plástica cordobesa y curadora de la muestra, eligió 5 artistas que trabajan desde la periferia y que se caracterizan por desarrollar una poética potente y propia. Ellos toman este territorio plano, de Villa María y la ciudad de Oliva, que está a la vera de la ruta 9 que une Córdoba con Buenos Aires, para poner en escena una cartografía abierta.
Marcos Goymil, de Villa María es fotógrafo y especialista en Procesos y Prácticas de Producción Artística Contemporánea por la Universidad Nacional de Córdoba; se formó con artistas de la talla de Humberto Rivas, Lucas Di Pascuale, Hernán Camoletto, Jon Cazenave y Erik Kessels, entre otros. Su obra habla de las utopías y de los fracasos. Marcos parte, para esta obra, de una placa de vidrio que encontró en el proyecto del arquitecto Salomone para construir un Palacio Municipal en su ciudad natal, con opera y biblioteca en su ciudad natal. “Transitábamos los años 30, la década infame y, del espléndido proyecto, sólo quedó la Plaza del Centenario”.
También de Villa María, Leticia Bernaus, formada en Chicago y especializada en video y cine, trabaja con la idea de acariciar lo inerte y la muerte, como una idea de amigarnos con la fragilidad.
Rosana Fernández, en su obra “Inflos”-a la Intemperie-, crea sobre un paisaje geometrizante donde trabaja la noción de intemperie también en relación al cuerpo a nivel molecular que se interrelaciona con el espacio. La artista en su búsqueda intenta sacar el dibujo del papel y llevarlo al espacio.
Atenas Adalid, de la ciudad de Oliva, trabaja una cartografía a partir de un paisaje visual simbólico. Actualmente atraviesa procesos de producción de obras donde se interesa por lo que la remite al paisaje como campo de interacciones, desde la experiencia con la materia, la visibilidad, lo sonoro, las creencias, el espacio sagrado, profano y el tiempo, buscando reinterpretar el espacio. En su trabajo explora lo misterioso, lo simbólico y lo fusiona con necesidades concretas reales de urgencia.
Diego Rainaudo, por su parte, trabaja en autorretratos en los pabellones abandonados del Hospital Psiquiátrico, un espacio icónico de la ciudad de Oliva. Pabellones que son una metáfora del abandono y que el artista vuelve a habitar. Una impactante obra completa que se compone de 15 piezas.
Una vez más, lo Casa de Córdoba en Buenos Aires, nos acerca una propuesta sorprendente de artistas de gran trayectoria que trabajan desde el campo de la tecnología, la fotografía y el video y cuyas obras no circulan en nuestra ciudad. Una muestra que nos enfrenta a un universo de incertidumbre y potencialidad, encontrándonos en la fascinante idea del tránsito, lo inconcluso y en la promesa de lo que está por venir.
La metáfora del traslado es, en este caso, una verdadera esperanza para que esto se pueda revertir.