Una única butaca en las "salitas" de la Fundación OSDE para sumergiese en la "intervención" de Estanislao Florido. La exposición y cortometraje -mezcla de documental y película muda de principios del siglo XX- se titula "Amateur" y es una metáfora de los anhelos y angustias propios de muchos artistas: la creación como obra única y original.

Desde la única butaca de esta sala “clandestina de cine”, el espectador iniciará este viaje en la ciudad de Torino en 1906, acompañando a Lorenzo Amador Siriano -el personaje central de la película-, a modo de recorrido por la historia del arte. Venecia le trasmite angustia y un “carecer de sentido”; Florencia, a pesar del David, le resulta “una ciudad muerta”; Roma muestra su tiempo desorganizado. En Paris descubre el Salón de la Pintura independiente pero éstas no lo conmueven, “no se mueven”. Cada vez mas deprimido decide cruzar el mapa y conectarse con el nuevo mundo. Nueva York lo recibe con el entusiasmo industrial y su Metróplois. Pero todo es igual. Finalmente decide viajar la sur, a Buenos Aires “una ciudad casi irreal que navega entre dos mundos”, con la ilusión de crear algo nuevo, que no se parezca a nada. Allí, a la vera del Paraná, filma su propia versión de “El Sartorio” -la primera filmación pornográfica de la historia- en la que un grupo de jóvenes mujeres juegan hasta que son sorprendidas por un grupo de faunos.

Acompañando el corto, esculturas realizadas en cerámica, pinturas, videos y animaciones digitales, completan el cuerpo de obra generado con un carácter revisionista, pero desde una mirada contemporánea. Y es que, como afirma Lorenzo Amador Siriano en la película “Las pinturas son como fantasmas que aparecen en cualquier lado”.