Nota publicada online
La muestra Soplo reúne sesenta piezas -entre obras sobre papel, fotografías y grandes instalaciones inmersivas- del artista brasilero producidas desde finales de los años ochenta hasta la actualidad. Organizada por la Pinacoteca de San Pablo con la curaduría de Jochen Volz y Valéria Piccoli.
Mezcla de Chamán y niño grande, desde el comienzo de su trayectoria Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964), viene explorando y expandiendo radicalmente los principios de la escultura. Sus ‘Cosmologías alternativas’ buscan que el visitante se perciba como individuo y, también, como parte de un cuerpo mayor. “Gravedad y equilibrio, solidez y opacidad, textura, color y luz, simbolismo y abstracción son las bases de su práctica artística, un continuo ejercicio sobre el cuerpo colectivo e individual, sobre el equilibrio y la construcción en comunidad”, destaca Jochen Volz en el texto de la muestra. Por esto sus esculturas resultan multisensoriales y, con ellas, se propone explorar el vínculo del hombre con la naturaleza, con la espiritualidad y con sus semejantes.
Para Eduardo Costantini, quien soñó con esta de exposición desde el 2011,“Neto es un agradecido a la vida, de mirada cósmica. Trabajador incansable; es como un arquitecto que va transformando el espacio, imaginando cada obra, jugando y tejiendo." Soplo reúne 30 años de su trabajo y, en un momento del mundo, marcado por el descompás entre el ser humano y la naturaleza, Ernesto Neto propone que el arte sea un puente para la reconexión humana con esferas más sutiles, conectándonos con el presente. El artista contagia alegría explicando sus obras en la recorrida de prensa. Inspira fuerte y en un clarísimo portuñol declara: “Respirando vamos andando, cantando y danzando. Respirar nos conecta con el ‘aquí y ahora’ para tomar conciencia de lo que nos sucede y lo que nos rodea. Hablamos mucho y escuchamos poco.”
Absolutamente lúdica, la primera obra de la sala, Nave, invita a la participación. Se trata de un enorme túnel orgánico suspendido a un metro del piso realizado en una fina red de lycra, semitransparente. Como visitante estamos invitados a sacarnos los zapatos e ingresar a esta escultura blanda para formar parte de ella. Una escultura que nos contiene y cambia de forma a medida que la recorremos. Que nos incentiva a jugar y, al mismo tiempo, nos obliga a negociar con desconocidos la intimidad del momento.
Lo masculino y lo femenino conviven en la obra de Neto. “Son necesarios ambos, pero hoy mas que nunca, el mundo necesita del núcleo femenino”, afirma el artista. “De la contención y la espiritualidad que son propias de la feminidad.”
En su obra Copulônia se reconoce el minimalismo abstracto Constantin Brâncuși y la alegría orgánica de Lygia Clark. Se trata de esculturas blandas realizadas con medias de de nylon de mujer – lo femenino-, rellenas con pólvora -lo masculino-; todas de distintas medidas que el artista las va dejando caer dejando su marca de pólvora en el piso. La obra presenta un glosario de las posibilidades de relación que pueden tener entre si las 82 miniesculturas que componen la instalación: ‘familia, peso, enamoramiento.’
"Aprendí a hacer crochet con mi abuela.” confiesa el artista recostado en una de sus instalaciones. “El crochet es muy orgánico y tejerlo me da mucho placer y me permitió hacer estructuras habitables por su gran resistencia para soportar el peso de los participantes". Velejandoentrenos es un ejemplo de ello. Neto también utiliza el crochet en obras que deben ser activadas o usadas como vestimenta por los visitantes. Incluso para meditar como es el caso de Ojalá, una corona con incrustaciones de cristales de cuarzo.
Cirqueportotemble, un gran volúmen rojo, es una sorprendente experiencia inmersiva y sinestésica que nos invita a sentarnos en ronda alrededor de un tambor cuyo sonido remite al latido de un corazón; un espacio ancestral. Cada una de estas esculturas propone distintos modos de estar en el mundo, de convivir con la naturaleza, de conectarse con el otro y con la espiritualidad.
Ernesto Neto sostiene que todas las personas pueden ser artistas y considera que en un futuro habrá creaciones colectivas donde todos podrán participar y las obras no serán atribuidas a una sola persona, porque, "cuando una persona participa, hace arte".
De esto se trata Soplo: una imperdible invitación a hacer arte. ¡Aceptémosla!