Nota publicada online
Directora del Mamba desde hace dos meses, entre sus propuestas se destaca la internacionalización y los programas inclusivos que pretenden insertar el Museo de Arte Moderno en el imaginario de la cultura latinoamericana. Con un patrimonio de más de 7 mil piezas y seis muestras organizadas en cuarenta días, el museo comienza una nueva y ambiciosa etapa.
Como nueva directora del Mamba, hablaste de tu intención de crear el Primer Museo Plural de Argentina ¿Qué modelos de museo tomaste y cuáles fueron los desafíos de adaptarlos a una institución local?
El proyecto para el Mamba se basa en un modelo americano de gestión muy inspirado en mi experiencia en el MoMa de New York. No fue complicado establecer cuáles eran las necesidades principales del museo y fue así que el primer día creamos un Departamento de Curaduría, uno de Desarrollo de Fondos, uno de Educación y uno de Comunicación que se sumaron al Departamento de Patrimonio y al de Administración. Con este equipo sólido y plural, podemos permitir que el museo trabaje a otra escala: el 12 de octubre inauguramos 6 muestras y cuando se termine la ampliación –sobre la calle Defensa- vamos a tener de 6 a 12 exposiciones en simultáneo.
Actualmente son un equipo de cuatro curadores, al que en breve incorporarán dos personas más ¿Piensan también invitar curadores externos?
Sí, pero la intención es generar muestras propias por lo que si invitamos a otra persona es para que desarrolle desde y para el Museo de Arte Moderno y luego así, ofrecer nuestras exposiciones a otros museos en la Argentina y el exterior.
Esto tiene que ver con tu deseo de internacionalizar el museo y que los artistas de otros países quieran exhibir en el Mamba ¿En qué plazo de tiempo puede suceder?
Rápido. Puede ser en dos meses o en dos años… Cuando uno tiene la oportunidad hay que soñar rápido y concretar. Tengo la maravillosa posibilidad de dirigir un museo público en esta ciudad que goza de artistas fantásticos… Soy de las que creen que hay que accionar.
Sos de las pocas directoras Licenciada en Historia del Arte en un museo local ¿La formación en arte es importante a la hora de dirigir una institución de este tipo?
Creo que la formación es fundamental y si empiezo a repasar, muchos de los grandes directores de museos como Schiaffino, Romero Brest, Glusberg, han sido profundos conocedores de arte y desde ese lugar han sabido aportar mucho. Es verdad que para ser director de un museo hoy, no se requiere la formación en arte porque muchas veces se busca alguien que se enfoque en desarrollo de fondos o relaciones institucionales, pero sí creo que si uno quiere llevar adelante un proyecto de manera autoral en el campo del arte debe conocer muy bien las reglas tanto para respetarlas como para romperlas y ahí es fundamental la formación. Es claro el ejemplo de los artistas ícono de las vanguardias: todos tuvieron primero una sólida formación académica y desde ese lugar de conocimiento pudieron cambiar paradigmas.
Vos tuviste una formación académica…
Sí, mi formación académica es de la Universidad de Buenos Aires, pero mi formación profesional es extranjera y fue en New York donde me enseñaron a romper las reglas.
El Programa Educativo encabezado por Mariano Gilmore y Marina De Caro también resulta bastante novedoso para un museo en Argentina. Me interesa tu punto de vista acerca del vínculo arte y educación.
En los principales museos del mundo hay una relevancia indiscutible entre arte y educación que tiene que ver con un reconocimiento de que el arte puede transcender fronteras y lenguajes de maneras inauditas. Está científicamente probado que si un niño en su temprana edad tiene contacto con la exploración del pensamiento visual, ese chico se desarrollará mejor en todas las áreas del pensamiento. Es desde estas convicciones que creo que un sobre todo un museo público tiene la responsabilidad social de hacer partícipes a las escuelas del pensamiento visual del que los artistas son especialistas.
Otro punto que destacaste en tus proyectos es el de incentivar el poder de las imágenes.
Eso tiene que ver con una preocupación neurálgica en mi vida profesional en donde muchas veces, como curadora llegué a la conclusión de que las imágenes exceden las explicaciones. Hay que dejar que las imágenes actúen en el mundo y por eso una de las líneas de este museo es darle ese lugar a las obras y ver qué tienen para decir que, generalmente, es mucho más interesante que lo que uno puede decir. Cuando uno confía en las imágenes sucede algo muy mágico.
¿Qué presupuesto manejan y cuál es el objetivo del equipo de Desarrollo de Fondos?
Este nuevo departamento llegó al museo para reunir dinero en vistas de conformar un modelo de gestión público-privado bastante ambicioso: Para el 2014 el gobierno porteño invertirá 10 millones de pesos y nosotros tenemos el objetivo de equipararlo. El funcionamiento del museo está garantizado y no depende de la gestión de fondos pero lo que permite este equipo es un crecimiento en escala mucho más rápida para el proyecto global del Mamba: redoblar la apuesta para intentar posicionarnos en un mediano plazo como uno de los tres museos más importantes de América Latina.
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