Nota publicada online

lunes 17 de marzo, 2025
El cielo rasca la montaña
Once artistas en Constelación
por Mercedes López Moreyra
El cielo rasca la montaña

Once artistas cordobeses responden a la mítica serrana, Allinin Freytes, Amparo Molar, Ana Poulsen, Ana Villarruel, Christian Roman, Julia Bordino, Lola Orge Benech, Lautaro Fernandez, Mariana Guagliano, Melina Koch, Ral Haro, presentan una original propuesta en la Galería Francisco Vidal de la Casa de Córdoba bajo la curaduría de Mercedes López Moreyra y con diseño de montaje de Florencia Di Natale.

La montaña nace 

En el contorno, la materia encuentra su límite rozando el espacio exterior. Esta tensión, que surge en la frontera donde un cuerpo se separa de otro, donde una densidad se enfrenta con otra, nos conecta con la inminente posibilidad de colisión. Como en el origen de una montaña, las masas chocan para luego unirse. Se transforman en un sistema que arrastra materia y energía. La existencia del Cerro

Uritorco comenzó con una enorme masa de magma que avanzó desde el interior del planeta hacia la superficie.

La montaña narra

Los relatos de las sierras cordobesas aparecen cuando la mirada se extravía en el borde del paisaje, entre el cielo y la ondulación de las montañas. Por la noche, resulta incierto a qué manto oscuro pertenecen los destellos plateados; ¿al monte o a las estrellas? Se confunden con el brillo de minerales sobre el suelo, con las luces de autos en la ruta proyectadas sobre nubes, con luciérnagas, animales nocturnos resplandecientes, objetos voladores no identificados.

Las entrañas del Uritorco se abren como epicentro de historias que abarcan fenómenos físicos, sucesos históricos y anhelos espirituales. Desde  valientes poblaciones originarias que, estoicas, se arrojaron al vacío desde los picos de Ongamira para resistirse a la colonización española, hasta las leyendas de ciudades subterráneas habitadas por seres luminosos, naves celestiales, extrañas marcas en la hierba, y  la historia del mítico “bastón de mando”, de origen extraterrestre ~ comechingón, que habría pasado por las manos de Napoleón Bonaparte, Hitler hasta Perón.

El cielo rasca la montaña y deja al descubierto su carne de cuarzo rosa, el perfume de sus rocas.

Los trabajos de once artistas en constelación responden a la mítica serrana. Pinturas y objetos se sostienen gracias a un dispositivo metálico horizontal que divide en dos las paredes de la sala. Crea un arriba y abajo. Instalaciones azul noche flotan en proximidad, cubren otra dimensión dentro del espacio. Piezas plateadas contienen aromas, hay imágenes de naturaleza mutante, personajes del monte, seres espectrales, alacranes y arañas, estrellas, muchas estrellas, colores que transmiten emociones, mensajes, símbolos; cosas que conectan con lo que pasa en las profundidades de la sierra; engrudos materiales; flores y ramas  que configuran pequeños altares o amuletos de protección orgánica. En su conjunto, prevalece el gesto de sostener aquel borde o contorno que separa (o une) la belleza de lo existente y lo conocido con la magia de lo insondable.  El cielo rasca la montaña  y encuentra  otro cielo.

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