Nota publicada online
últimos días para visitar esta gran exposición realizada con la asesoría académica de María Laura Rosa y la curaduría de Cecilia Jaime y Manuela Otero, quienes investigaron en los archivos de la fundación el pasaje de las mujeres -tanto argentinas como extranjeras- durante los últimos 24 años de PROA.
Con un recorte de 60 artistas con más de 60 piezas por sobre 250 mujeres. Un gran esfuerzo el que llevaron adelante desde la institución para reunir las obras en épocas de restricciones pandémicas. En paralelo realizaron desde Proa21 proyectos experimentales de artistas argentinas contemporáneas, donde Mariela Yeregui y Gabriela Golder trabajaron con una frase de Emily Dickinson que habla sobre atravesar la niebla, como una forma poética de atravesar la realidad.
El guión curatorial parte de cuatro temáticas no exclusivas del arte feminista, pero según la mirada experta de María Laura Rosa -con quien estuvimos en diálogo- considera que las artistas mujeres han dejado su impronta muy marcada. Estos ejes temáticos se encuentran organizados por sala en cuatro núcleos: la materialidad, el espacio, el lenguaje y la corporalidad. En el descanso de la escalera nos dejan una importante pista “ (…) qué materiales usamos para pensar otros materiales, que cuentos contamos para contar otros cuentos y que historias hacen mundos” desde esta cita de Donna Haraway nace “Crear mundos” tanto para dar nombre a la muestra como así también abre el espacio a la meditación “con el propósito de reflexionar sobre sus aportes a la historia del arte contemporáneo a la vez que considerar el carácter singular y global de las problemáticas que atraviesan las experiencias de las mujeres en el campo del arte” este señalamiento es para destacar ya que la presente exposición propone visibilizar el paso de las mujeres por la institución sin la intención de formular una muestra de arte feminista activista. En la exhibición se encuentran las artistas feministas militantes como aquellas que no lo son, pero la mirada en los textos de sala integra la teoría del arte feminista en la lectura de estas piezas.
La primera sala está dedicada a la temática de las materialidades, en la cual se evidencia cómo las artistas mujeres han dejado su impronta en la ´desjerarquización´: “trazar puentes entre jerarquías canónicas como el diseño y el arte de la alta cultura, el de las bellas artes; el cruce entre el arte textil siempre enlazado a lo femenino, generando esos saltos y relaciones entre objetos de moda y las Bellas Artes. Esto sucede en el arte hasta mediados del siglo XX, luego el arte contemporáneo seguirá rompiendo estas jerarquías. Pero las artistas mujeres tuvieron una fuerte presencia”. Una obra clave que inicia el recorrido es Nin de Mariela Scafati, 2015, sweater y soga, esta pieza aborda la abstracción textil y se puede leer en clave con la sala cuatro que se trabaja la temática del cuerpo, se realizan lecturas dinámicas entre las salas. O la pieza de Alicia Herrero en tanto para hablar de la cotidianidad y lo doméstico “Me interesaba prestar atención en aquellos objetos que están todo el tiempo alrededor de nuestro cuerpo, objetos que, al generarse una pequeña distancia con ellos, al ponerlos bajo una luz, al tomar perspectiva, forjan una composición equis en un espacio artístico, y comienzan a arrojar otros simbolismos.” Mona Hatoum con su obra imponente "Globe" (2007) fue tomada como ese globo que simboliza el confinamiento que atravesamos en la actualidad o los límites de una historia del arte canónico en donde muchas de estas artistas quedaron soslayadas.
La segunda sala tiene una mirada dedicada al espacio en un sentido amplio, las obras hablan del espacio emocional-psicológico, el del medioambiente y también un cuestionamiento sobre lo público y lo privado. En el caso de Rosa Barba o Agnes Denes -pionera en el arte ambiental realizan cuestionamientos medioambientales bajo tono de denuncia a las crisis climáticas. La pieza de Ana Gallardo “Boceto para la construcción de un paisaje: la Laguna de Zempoala” aborda lo psicológico y privado, trabajado en la despedida a su madre dejando sus cenizas allí, abordando una vinculación muy afectiva con trazos que evidencias la tristeza y la felicidad en los contrastes del blanco y el negro del grafito. Sobre las obras que friccionan las ideas del espacio público, es para destacar que este ámbito fue un espacio bastante connotado para las mujeres como género y a partir de las luchas de los feminismos, el espacio público comienza a cuestionarse toda la circulación de género a lo largo de la historia. Adriana Lestido trabaja desde el vacío de la Antártida en un espacio espiritual que te hace confrontar con la propia espiritualidad y dialoga junto a la pieza de Marina de Caro repara a través del tejido curando las heridas de la naturaleza. Jenny Holzer es una artista militante feminista, que a partir de los años 2000 comienza a trabajar esta serie junto al artista Henry Cole, del cual toma sus poesías a las que las pinta de sentimientos a través del uso del color, son piezas de interior donde contrasta la emocionalidad con los espacios institucionales.
El pasaje entre la sala dos y tres lo realiza una obra de Liliana Porter del año 69 influenciada por la música y los silencios de John Cage, indaga sobre lo real y lo ficcional incluyendo la sombra del propio espectador. En esta tercera sala se trabaja sobre el lenguaje, en un sentido semántico, como una lengua política, o cuestionando lo formal en tanto la forma y cómo el cuerpo está implicado en el acto del habla. El silencio político presente en el video artístico de Shirin Neshat. “Desde la levedad poética hasta los actos más contundentes de denuncia, en presencia o en ausencia del cuerpo, las artistas crean diferentes estrategias en donde la lengua adopta múltiples posibilidades estético-políticas” texto de sala.
La sala cuatro trabaja la temática del cuerpo tanto a partir de las identidades sexo-genéricas, indagando en la identidad como algo fijo y estable y cómo ha sido representado en el campo del arte contemporáneo, y también atravesados con la interseccionalidad: por ejemplo, el cuestionamiento de la identidad en mujeres negras, o mujeres indígenas, y las mujeres blancas que están más presentes en sala “en la medida que hemos podido seleccionar cuestiones de interseccionalidad que se hallaban en los archivos de Proa, se seleccionó; pero hay un recorte que está dado por el archivo” María Laura Rosa.
Cada sala presenta un clima diferente y a destacar, por ejemplo en la puesta intimista para la obra de Bourgeois “La imponente obra de Louise Bourgeois, destaca desde un mundo íntimo la idea de maternidad, como concepto asociado a lo femenino y en relación a la historia del arte. El culto a la Diosa Madre, presente en la obra de Bourgeois desde los años setenta, aquí se evidencia en dos obras, la primera que nos recuerda en su forma a las venus paleolíticas y la segunda, una acuarela, que remite la pulsión de vida y muerte del momento íntimo del nacimiento.” Texto de sala
Una gran puesta donde Fundación Proa se destaca una vez más. No se la pueden perder. Hasta el 4 de Abril con entrada gratuita.