Nota publicada online
En el marco de las Exposiciones Temporarias se presenta la segunda muestra de Diálogo con el Patrimonio del Museo de Calcos.
En Costanera Sur, muy cerca de la fuente de Lola Mora y entre las sombras de un maravilloso solar diseñado por Thaís, ciertos enanos de jardín emulan al David, a la Venus de Milo y al pensador de Rodín. Dos Ekekos fuman desde una vitrina entre los bajo relieves provenientes del antiguo Egipto y un gigante -a mitad de camino entre un super héroe y una divinidad mitológica- se enfrenta a esculturas precolombinas.
Esto no sucede por arte de magia; simplemente el arte contemporáneo entró al Museo de Calcos por obra y gracia de Rubén Betbeder -su director-, quien tuvo esta iniciativa para despertar nuevas miradas.
En esta oportunidad, obras de Esteban Alvarez, la pareja de artistas Chiachio & Giannone y Tadeo Muleiro se mimetizan con el Patrimonio de este museo de escultura comparada, que aloja obras emblemáticas de la historia de la humanidad.
Esteban Alvarez se apropió del viejo taller de litografía de la Escuela de la Cárcova que funciona en este lugar desde 1928, para modelar con yeso, cerámica o plastilina los populares enanos de jardín ahora devenidos en los clásicos de todos los tiempos. A lo largo de su trayectoria Alvarez incorpora referencias neoconceptuales y del arte póvera, manipulando y transformando elementos cotidianos para crear nuevos objetos que invitan a la reflexión. Recordemos su instalación “Un año de aire” en Malba en 2002.
Tadeo Muleiro, a partir de la imagen de la Diosa Guerrera Coyolxauhqui -símbolo del mito sobre el origen del pueblo azteca-, crea su propia Diosa descabezada. Construye la moldería en papel, corta la tela, cose como su madre le ensenó y rellena este gran muñeco de trapo con vellón para, finalmente, pintarlo a mano. Los personajes de Muleiro navegan entre los mitos originarios y el cómic; entre pasado ancestral y su propia infancia poblada de personajes fantásticos. Desde 2006 está avocado al arte textil y lo que comenzó como un juego de disfraces se convirtió en cuerpo de obra. La Diosa de Muleiro, especialmente concebida para la sala precolombina, es la reina indiscutida entre las esculturas olmecas.
Chiachio y Giannone realizan obra juntos desde 2003 y su trabajo se caracteriza por tomar las artes menores -como el bordado- y llevarlas al terreno de las Bellas Artes. Leo estudió en esta Escuela y le encantó volver a ésta, su segunda casa, convocado por Betbeder para realizar un proyecto. Ambos artistas decidieron incorporar una “nueva pieza” a la colección del museo. Partieron de un Ekeko –símbolo de fortuna y prosperidad para los bolivianos- comprado en el mercado del barrio de Liniers. Una figura que, si bien es popular en la cultura latinoamericana, no tiene un lugar destacado en las artes. En colaboración con el equipo de restauración del museo y, siguiendo estrictamente los pasos de realización de los calcos -con moldes y contra moldes de caucho-, produjeron tres Ekekos en yeso. Dos de ellos, con sus gorros de lana, su cigarro y rodeados del “polvo cósmico”, fueron instalados en una vitrina junto con guirnaldas y ornamentaciones calcadas de medallas y rosetones de distintas piezas del patrimonio.
Esta previsto que el tercer Ekeko -ya validado como obra de arte- se done a un museo -posiblemente provincial-, iniciando un auspicioso intercambio.
Curiosamente “Museo de la Copia” convirtió lo falso en verdadero. Ventajas del arte contemporáneo.