Muestra Actual
Tucumán 712, casi esquina Maipú (C.A.B.A)

Mi historia como artista plástica
Desde mi infancia, al no poder escuchar, tuve que aprender a sentir y observar el mundo de una manera diferente. La vista y el tacto fueron mis principales aliados para percibir lo que me rodeaba y de algún modo reemplazaron el sonido.
Miraba el viento, lo tocaba y trataba de imaginar cómo sonaba. Tenía una noción del rugido imponente, y a la vez hermoso, de las olas del mar. Imaginaba el jadeo del perro, con la lengua afuera, y el grito de una persona, aunque no me gustaba sentirlo. Sabía cómo se sentía una niña, como yo, corriendo con una pelota en el parque. Imaginaba al pájaro dormido en su nido.
Es cierto que no era el sonido que todos conocen, pero era el sonido que yo imaginaba, uno que encontraba a mi manera...
Quienes escuchan bien, a menudo ahogan el sonido del corazón.
Cuando pintaba, intentaba reflejar aquellos sonidos en el papel. No era una tarea fácil. ¿Sería posible que los otros pudieran leer esos sonidos a través de mi obra?
Mi forma de expresión surgía de mi mirada del mundo. Veía las cosas y las transmitía, en esa época empecé a usar mi cuerpo a través de la danza y el mimo como medio de comunicación. También fue fundamental para mi desarrollo el hecho de que todos los días asistía a mis sesiones de lenguaje con Mora, mi fonoaudióloga, para aprender a hablar. Fue allí donde descubrí el poder de las ilustraciones en los cuentos. Leía a través de las imágenes. Las líneas y formas de los personajes me cautivaron, y me inicié en el dibujo como una forma de descripción visual.
Fue entonces cuando comencé a entender lo que era el dibujo. Me volví extremadamente perceptiva, y las imágenes comenzaron a aparecer en cualquier lugar: en las nubes, en las olas del mar, en cualquier movimiento. Todo me inspiraba una forma. También desde mis sueños, y de allí empecé a trabajar con formas oníricas. Muchas de mis obras hoy se identifican con el surrealismo.
Tardé mucho en entender quién era yo como artista, cuál era mi lenguaje, mi huella personal. Recién ahora puedo ver el origen de mi forma de percibir el mundo y cómo eso se plasma en mi arte.
A lo largo de mi recorrido artístico, experimenté con diversas formas de expresión: óleo, acrílico, grabado, escultura, mimo, danza contemporánea, fotografía. Pero ninguna de estas técnicas me ofreció la plenitud que encontré hace unos 11 años, cuando, a través de un documental, conocí la vida y obra de Tom Ungerer que me inspiró profundamente. Me sentí tan identificada con sus trazos, su uso del color y hasta su manera de pensar, que decidí dedicarme a la ilustración. Aun sin saber con qué material trabajaría, comencé a investigar y a experimentar.
De la mano de mi maestro, Vladimir Merchensky Arias empecé a descubrir el mundo de la acuarela y lo vibrante de sus colores. La famosa técnica de gradientes y sombreados realmente me enamoraron. Más tarde, incorporé la tinta china a mi trabajo. Así nacía mi verdadera identidad plástica, llena de personajes y objetos que hablaban por sí mismos.
Con el tiempo, me sentí más cómoda con la acuarela y decidí explorar la técnica mixta, combinándola con papel, tela, gesso y acuarela, creando paisajes abstractos tanto de la naturaleza como de la ciudad.
Hoy sigo trabajando. Aprendiendo cada día, sintiendo que mi identidad plástica es un camino interminable, siempre en expansión.
Malena Mare, Buenos Aires, abril 2025
Curaduría: Stefanía Luz Noya
La muestra se podrá visitar desde el 11 de abril a las 18:00 hs.al 23 de abril del 2025 en Galeria Palermo H, Tucuman 712 CABA.
Horarios de visita: De lunes a viernes de 11 a 18 hs y Sábados de 10 a 13hs