Las puertas han sido motivo inagotable de significados a lo largo de la historia del hombre.
Desde épocas remotas toda civilización, les otorgó un lugar de privilegio. Los grandes maestros constructores, artesanos, artistas, cada cual en su momento histórico trató de construir, diseñar y ornamentar puertas que hoy podemos admirar alrededor de todo el mundo.
Simbólicamente la puerta denota el lugar de paso entre dos estados, entre dos mundos.
El imaginario religioso, popular, esotérico, todos se han ocupado de ellas.
Hay puertas que se abren y aquellas que se cierran. Las que sirven de paso para ir a otro lado y por tanto el pasaje posible de un dominio a otro. Llevan además siempre algo de misterioso o de incierto. En este caso son tres puertas, colocadas en el espacio. Si bien invitan a pasar no son fáciles de atravesar y tampoco se ve muy bien que hay del otro lado . La posibilidad de atravesarlas corporalmente, le brinda la espectador una suma de sensaciones que trascienden la contemplación pasiva de un objeto artístico
*Buenos Aires, octubre de 2005
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