Benito Laren es artista, escritor y realizador de videos argentino. Nació en San Nicolás de los Arroyos (Provincia de Buenos Aires) el 12 de enero de 1962. Allí realizó sus primeros estudios de dibujo y pintura. Asimismo cursó dibujo técnico lo cual le permitió conocer los secretos de la geometría y los diversos tipos de perspectivas que aplica en su vasta cantidad de obras ópticas. Se graduó como Técnico químico en 1983, actividad que suma a su obra por medio de la experimentación y combinación de elementos extraños y diferentes.
Entre 1984 y 1992 formó parte del plantel de SOMISA (Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina), su lugar de trabajo era un laboratorio sin ventanas lo que sirvió de inspiración en 1985 para su primera obra: una ventana. La realizó en témpera sobre cartón, por lo que la llamó “desde mi tempera mental ventana”. Y ahí comenzó su carrera artística.
Su intención, desde que tuvo conciencia, fue ser famoso y rico. Pintando cuadros quizá lo lograría. Entonces, inventó a Benito Laren, y una biografía nueva que sitúa sus orígenes en el planeta Marte. Con el tiempo se agregaría Eu(n)genio como segundo nombre.
Rechazado en todos los salones o concursos de pintura a los que se presentó, los trabajos del Marciano despertaron el interés de quien dirigía en esa época la galería del Centro Cultural Rojas, Jorge Gumier Maier, que le organizó una muestra. El día de la inauguración se apenó de que no hubieran concurrido el entonces presidente Carlos Menem, Mirtha Legrand y Susana Giménez pero impactó a los artistas que hoy son reconocidos como «la generación del Rojas».
Con la privatización se acogió al retiro voluntario, e invirtió sus ahorros en un viaje iniciático a Nueva York. Una médium le predijo su consagración como artista. No ocurrió. Al año regresó sin un peso y deudas a la casa de sus padres. Hizo changas y se inventó una nueva actividad de desproporcionadas expectativas para enriquecerse: buscar tesoros.
Participó de varias expediciones y llegó a comprarse un detector de metales. Nunca encontró nada, pero se divirtió mucho, especialmente en la que hizo al Paraguay.
No creo que a la fecha haya llegado a ser lo famoso y rico que siempre quise ser, pero su obra forma parte de importantes colecciones públicas y privadas en el país y en el extranjero. Si bien la estrategia de inserción en el medio de las artes visuales que inventó siempre fue extravagante, se convirtió, pese a él, en un referente ineludible del arte contemporáneo argentino.