Pintura sugestiva sustentada en un dibujo preciso, que le sirve como estructura de la composición: elaborada a partir del contrapunto, de la sucesión, del juego, de la yuxtaposición y hasta de la superposición de planos. Auténticamente personal; decantación de una trabajo medular y prolongado, donde los ritmos sutilmente trabajados con transparencias y fondos facetados estructuran el especial clima de fantasía que domina cada obra. Esa poesía, lograda a través de un rigor constructivo, inspirada en lo más profundo de su ser, le permite a Juan Kancepolski trabajar cualquier tema sin perder la cohesión y unidad de su obra, manteniendo siempre un colorido que va enriqueciéndose al descomponer cada color hasta el límite de los matices. Y en esas variaciones, y en esos ritmos obtiene una profundidad que nos transporta de particular manera hacia una atmósfera irreal, cuasi espacial. En su larga trayectoria pocas fueron las oportunidades en las que expuso. Su fuerte autocrítica lo restringe, y sólo ante invitaciones muy especiales lo hace. Seleccionado por la galería Rubbers, presentó su primera muestra individual en 1977 en Espacio Rubbers. Integró la exposición inaugural de las nuevas salas de Witcomb y presentó sus obras en Punta del Este, Montevideo, Israel, Francia, Estados Unidos. Comentaron sus obras conocidos críticos: Eduardo Baliari, León Benarós, Angel Bonomini, Romualdo Brughetti, Aldo Galli, César Magrini y otros. No es extraño entender, por todo ello, que obras suyas sean requeridas permanentemente en otras latitudes. En Arte al Día Internacional, Documenta - 88 - La plástica latinoamericana hoy. pag. 53. |