El círculo, símbolo ancestral de la vida, la divinidad y la eternidad, se convierte en el hilo conductor de esta muestra. Desde tiempos remotos, su forma simple y perfecta ha representado lo infinito, aquello que no tiene principio ni fin, lo cíclico que define nuestra existencia. El amor se sella en un anillo; la muerte se representa en la horca; el paso del tiempo fluye en la rueda; y la vida misma comienza en una célula. El círculo es, en esencia, la transformación constante, la regeneración continua.

En la obra de Hugo Dinzelbacher, el círculo adquiere un protagonismo particular. Se encuentra en sus soportes, en la estructura misma de sus composiciones, y en el movimiento dinámico que imponen sus figuras abstractas. Las líneas, las ondas y los círculos se entrelazan para dar lugar a un lenguaje visual único, donde cada forma sugiere múltiples interpretaciones. No existe un principio ni un final en su trabajo; todo es parte de un conjunto mayor que trasciende lo lineal y nos invita a explorar la circularidad de las emociones y las experiencias humanas.

Esta exposición busca sumergir al espectador en el mundo simbólico del redondeo. Las obras presentadas son una exploración de lo intangible, de aquello que, como el círculo, carece de límites claros y se reinventa constantemente. Aquí, el arte no es solo una representación de la vida, sino una manifestación de su flujo continuo, donde cada trazo, cada giro, nos recuerda que el destino es el principio y el final es el inicio.

La invitación es a dejarse llevar por esta corriente infinita, fluir con la rueda, descubrir en cada obra la complejidad y la simplicidad del círculo, y a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de nuestra existencia a través de la sensibilidad y maestría de Hugo Dinzelbacher.

Aylen Cappelletti

Curadora

La muestra se podrá visitar desde el día de su inauguración el 27 de Agosto de 2024 a las 18 hs hasta el 4 de Septiembre de 2024 en Galería Palermo H, Tucumán 712, CABA de Lunes a Viernes de 11 a 18 hs. Sábados de 10 a 13 hs.