Los bordes del devenir

"El arte contemporáneo no resuelve ni descifra, no disipa las tensiones. Lanza interrogantes y renueva enigmas..."
Ticio Escobar

Es de desear que el colapso de los modelos únicos permitiera el desarrollo de la tolerancia hacia la diversidad artí­stica, porque es allí­ donde se hace lugar a los distintos sistemas de representación y significación y es allí­ donde el potencial crí­tico abre sus posibilidades. Es un desafí­o y como tal tiene sus escollos, sus vaivenes y paradojas.
La idea que rondaba a Carolina Simón de partir de un espacio público se concretó en la intervención realizada en el Hospital Central, un lugar donde tanto el adentro como el afuera señalan bordes problemáticos de situaciones humanas. Allí­, temprano, se instaló junto a los vendedores con grandes paños blancos extendidos sobre las rejas, remitiendo al colchón, a la sábana, poblados de verbos estampados en stencil, como modo de expresión urbana y ristras de cinéticos condones oscilando al sol, brillantes vinilos rojos invitando al uso. La excelente respuesta del público se manifestó en la necesidad de hablar, de llevarse los elementos -todos, no quedaron ni los paños- y la acción se consumó. Y la obra resignifica la crí­tica social en el registro fotográfico. La experiencia estudiantil para fundar una tesis sobre arte desde el espacio urbano deja una obra sutil, que es el signo de lo que viene produciendo esta joven artista.
Pero no a todos los estudiantes les va tan bien con sus trabajos, ya que la censura se abatió sobre una muestra estudiantil en el ECA sobre Arte Medieval cuando, según la nota periodí­stica, un intolerante ciudadano que no quiso ser identificado presentó un recurso de amparo contra el espacio oficial contra dos trabajos que consideró ofensivos a sus creencias religiosas. Pese a que la justicia local no hizo lugar a la petición, priorizando la libertad de expresión, las pinturas fueron descolgadas antes de la inauguración. Un episodio que no deja de inquietar y provoca varios interrogantes.
Por otro lado, en arteBA también se planteaba un adentro y un afuera, protagonizado por mendocinos. Una inclusión que dejó muy felices a los jóvenes integrantes de ED, que se han posicionado estratégicamente como un espacio del interior y que luego de su presentación en la feria se aprestan a exhibir la colección donada al MACRO de Rosario. El planteo desde el afuera lo realizó con una acción presentativa-deconstructiva el grupo Esencialismo, en la que la mendocina Helena Distéfano y un grupo de 40 artistas latinoamericanos -que se afirman como emergentes y se ofrecieron como soporte de la pintura- propusieron la resistencia a las muertes sucesivamente decretadas. Una acción que no pasó inadvertida y que problematiza los lugares comunes de "lo que hay que hacer" y la significación de la pluralidad. La misma artista exponí­a sus obras junto a Leticia Burgos, Marí­a Inés Palero, Luis Marmili, Ofelia Santos, Vicente Armando, Ernesto Frí­as, y Marcelo Arias en el Espacio de Arte de la UTN, Mendoza, celebrando la actitud abierta y desprejuiciada de sus organizadores que integran eclécticamente las obras y las exponen a consideración del gran público, propiciando el encuentro y la discusión abierta.
La importancia del contexto fue señalada a través de una obra sobria, despojada y sin estridencias por Fabiana Pereira, con "Texturas, origen y contexto" en la Sala Libertad, con fotografí­as, ambientación y performance. Así­, la lucha por la inclusión en el espacio simbólico se inscribe en estos bordes del devenir.