Nota publicada online
Vale la pena reiterar, una vez más, aquella frase que se ha pronunciado hasta el hartazgo en las últimas décadas: estamos en la era de la imagen. Pero más precisamente, agregaría, la de la imagen técnica, esto es, la que se produce sin mediación de la mano humana, aquella generada por artefactos.
Y es la gran constelación de aparatos, incorporados a la vida cotidiana, la que modela y da identidad a la imagen que configura nuestro mundo contemporáneo, incluso a aquella que aun porta cierto rasgo artesanal.
Hay algo de ello en la muestra de Nelson Escalante que presenta la Galería Carmen Sandiego.
Desde la característica material de su producción, Escalante puede ser definido estrictamente como pintor que se apropia de una configuración cercana al hiperrealismo. Pero inmediatamente es posible advertir que ese sentido realista aparece tensionado por la lógica de collage que impera en sus obras.
Su pintura se construye a través de un preciso montaje de elementos heterogéneos unificados por la representación pictórica. Escalante no incorpora el objeto de la “vida real” en el cuadro, tal como lo realizaran los cubistas a comienzos del siglo XX, sino que, más bien, representa esos objetos heterogéneos puestos en relación de choque en el plano.
Para lograr ese efecto de máximo realismo y de montaje cuasi arbitrario de elementos, el artista hecha manos de las nuevas tecnologías: el photoshop y la videoproyección. El uso del primero influye de manera estricta en el modo de composición de las obras. El montaje se produce virtualmente para luego ser proyectado sobre la tela y, lograr así un efecto realista extremo.
En ocasiones, la estrategia del montaje, es decir la evidenciaciòn del corte y puesta en relación de los fragmentos, se extiende a la materialidad del cuadro, como en el díptico La fuga / Alegoría de dos cuerpos verdaderos o en el especial uso del tríptico, como en Melancólicamente rememorando la edad de piedra, en donde, además, la yuxtaposición de frames es asumida como estrategia productiva.
Epifanía, sin embargo, condensa en su interioridad la lógica del collage o del montaje: la hiperrealidad de las imágenes centrales (toro, cuerpo femenino) contrastan con el fondo algo más abstracto, sumado al resto de elementos que surgen en clave sintética. Obra que, en el nivel connotativo, no prescinde de cierta carga erótica.
Con asiduidad, Escalante también recurre al universo de la cultura de masas quizás como otro modo de trazar una vinculación entre el ámbito de la pintura y el universo de lo tecnológico.
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Mas info
En Galería Carmen Sandiego, Tucumán 843 1° B, Lunes a viernes de 14 a 19 hs.