Nota publicada online
Esta es la segunda exposición conjunta de los integrantes de una familia dedicada a hacer del arte su vida.
“El espíritu es eso que fluye del hombre y lo manifiesta más allá de sí mismo. Es distinto al concepto religioso del alma. Si se habla de salvar el alma no se habla de salvar el espíritu porque el espíritu es de por sí salvación: lo salva de su alienación. El alma se supone como una proyección de dios en el hombre. El espíritu es una proyección del hombre en la sociedad” leemos en “Meditación”, una de las obras que presenta Luis Felipe Noé en Galeria Rubbers. Textos, imágenes y contexto se mezclan para dar pie a las múltiples historias que habitan sus reflexiones actuales: historias de refugiados (“Refugiado sin refugio”), historias de amor (“Y si me dijeras unas palabras de amor”), historias de nosotros (“Latinamerican Way of Life” y “Desunidos triunfaremos”), en resumen, las historias del hombre. Nunca indiferente a las circunstancias políticas y sociales que nos atraviesan el pintor sintetiza en el catálogo de la exposición su incansable búsqueda personal “Tengo 83 años y todavía intento entender al mundo…”.
Noé trabaja con la casualidad, las ideas van y vienen, las imágenes aparecen y desaparecen. “Sé lo que estoy haciendo en la medida que lo estoy haciendo”, confiesa. No hay proyectualidad en sus obras. Las líneas que enmarcan la figura en “Totem”, por ejemplo, fueron trabajadas por la sugerencia de los tonos de gris que estaban en la tela. Y son esas mismas líneas las que invitan al pensamiento sobre la obra que puede entreverse en los títulos. Juegos de palabras, irónicos y divertidos, los títulos son también un giño al espectador.
La muestra no se detiene ahí, hay más y más Noé. Su hijo Gaspar expone fotografías en las que trabaja la superposición y la saturación de los rojos. “Llevar al cine el mundo de los sueños es una tarea casi imposible, pero siempre se puede intentar poner en imagen instantes de ellos”, escribe el cineasta conocido por películas como Irreversible y Enter The Void. La provocación es su marca personal pero en esta particular selección de imágenes todo está sugerido. Podríamos imaginar que es el protagonista de Carne quien tiene en la mente esas imágenes pero, mejor, dejar la incógnita abierta. En la compulsión actual por fotografiar lo fotografiado es curioso observar que al intentar captar con la cámara sus imágenes éstas se escapen, huyan y tergiversen; como en los sueños.
Su hija Paula Noé Murphy, nombró a su muestra “Percepción”. Junto a sus obras pictóricas presenta “Iniciaciones” una nueva serie de arte efímero donde interviene fotografías de situaciones que realizó en la naturaleza. “Lo llamo ‘Exchanging (of) Natures’ o intercambio de naturalezas. Consiste en pintar más o menos como siempre pero no sobre tela o papel sino sobre la naturaleza y fotografiar los resultados.” La artista logró un nuevo tono a sus obras, dejando de lado las veladuras y los tonos rosas, para centrarse en la vitalidad y fuerza de los colores intensos de la naturaleza. En el ritmo y las interrupciones de sus obras está la necesidad de “plasmar visualmente lo invisible”.
Sin intentar buscar ilaciones o parentescos entre las obras de los Noé, esta segunda exposición conjunta revela los diálogos internos entre los integrantes de una familia avocada, intensamente, a hacer del arte su vida.