Nota publicada online
Pocos días antes de la apertura del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA) de Aldo Rubino y María Constanza Cerullo, entrevistamos a su directora artística María José Herrera, licenciada en Artes, docente universitaria, curadora e investigadora con una larga trayectoria en el Museo Nacional de Bellas Artes.
-Asumís la dirección artística en un momento clave del MACBA, cuando deja de ser una colección privada y deviene pública con toda la responsabilidad que eso genera. ¿Qué sucede cuando una colección privada se transforma en una colección institucional?
- Creo que es una bendición el hecho de que exista una colección privada que, si bien no se convierte en pública, se muestra públicamente. Es una opción fabulosa para la ciudad. Es un momento para celebrar y festejar. Sobre todo porque no es sólo una colección que pasa a un estado público, sino porque será un museo en todo sentido, desde los objetivos de educación, estudio y crítica sobre su propia colección, hasta el crecimiento patrimonial.
- Uno desea emparentar el MACBA con el MALBA…
- Claro, para mí, el MALBA es un modelo “natural” en el sentido de que está curado por un historiador del arte, lo cual es una garantía de una serie de criterios, y a su vez está inserto dentro de un público contemporáneo. Si bien es un museo de arte latinoamericano y tiene arte del siglo XIX, no fue creciendo hacia siglo diecinueve, sino hacia el siglo xx, xxi. El MACBA va a crecer en arte contemporáneo en general, puede ser que la colección Rubino siempre siga siendo de geometría, pero yo creo que va a tener otras instancias auto elegidas.
- En términos de colección 150 obras no es un gran número…
- Es una colección chica pero con obras muy selectas. En la visión del MACBA está el estudio del arte abstracto ya que tiene una tradición enorme en la historia del arte de la Argentina. No es solo el gusto personal del coleccionista. La geometría es un lenguaje que tiene connotaciones locales pero que es internacional. También creo que la colección está enraizada en algo que es muy argentino y porteño que es la admiración por el arte internacional. Rubino hizo y hace lo mismo que los argentinos venimos haciendo hace mucho tiempo que es mirar hacia afuera y mirar hacia adentro. Nuestra cultura está cimentada en ese mirar hacia fuera al que se le fueron agregando otros discursos internos como el arte precolombino o las artes autóctonas y las artes populares. El MACBA es una colección internacional con arte argentino; es un eslabón moderno de esa cadena.
- ¿Tienen un programa de adquisiciones? ¿Algún perfil definido?
- Rubino es un coleccionista apasionado. Sigue a determinados artistas internacionales y argentinos y siempre contó con asesoramientos muy interesantes, no sólo del mercado sino también con historiadores. Yo voy a pasar a formar parte de ese equipo, pero jamás a nivel mercado, sinceramente no lo podría cumplir. La idea es enriquecer la colección, estudiarla, historiarla, mostrarla desde distintas perspectivas y en ese sentido, tener ese capital social allí va a ser importante para que los artistas argentinos encuentren un incentivo de producción.
(...) La nota completa, se puede descargar en el próximo número de Art-gentina.