Nota publicada online
Director de cine, artista plástico, docente y gestor cultural, Silvio Fischbein, es un artista multifacético que ha realizado numerosas exposiciones en el país y en el extranjero. Una selección de obras en diferentes formatos, trabajados con diversos materiales como piezas de cotillón se exhibe por estos días en Pasaje 17, con curaduría de Héctor Medici.
Según describe el artista, su obra es un "transitar el mundo". Un mundo actual recorrido desde un lenguaje visual, formado por objetos de la vida
cotidiana que dejan entrever recreaciones de situaciones humanas. Examina al hombre y al ambiente que lo circunda volviéndolo un juego entre realidad y ficción.
"Hay un juego de ambigüedad en esta estrategia visual que obliga al espectador a abrir interrogantes que se despliegan a interpretaciones múltiples", señala María Elena Babino, a propósito de este artista nacido en Buenos Aires en 1949.
Sobre la muestra en Pasaje 17
Toda producción, incluida la artística, es deudora de otras que le anteceden.
Pero para que el peso de la tradición no se convierta en la única vía de legitimación, tras los aportes del Dadá y el Pop, algunos artistas conciben su obra despojándose concientemente de las buenas maneras y los saberes de la didáctica cultural y enfrentantando los procesos operativos con la
incertidumbre aleatoria del juego, convirtiendo a ese pasado en pura materia, color y textura. De tal manera, cada signo anterior deja de ser herencia inmutable y pre-visible.
Sin embargo, no es amnesia cultural la que impregna las obras de Silvio Fischbein , mas bien es, redoblando la apuesta, un meditado desmontaje del mito del artista como hacedor romántico, aquel que deja la huella indeleble de su factura en la materia, para reconvertirlo en organizador y planificador gozoso de " lo ya dado". La materia de su obra, diminutos objetos de plástico provenientes de la industria seriada y masiva, pierde su
identidad y su uso de souvenir de piñata para transformarse en componente modular de vastos conjuntos de colores saturados y complejas tramas.
Este proceso nos hace recordar un concepto, el de "bricoleur" que elaboró en su momento Levi- Strauss : "Su universo de instrumentos es cerrado y las reglas de juego son siempre las de contentarse con "lo que está a mano", esto es, con un conjunto de instrumentos y materiales limitado y
heterogéneo, es el resultado contingente de todas las ocasiones que ocurren de renovar o enriquecer el stock y mantenerlo con los restos de previas construcciones y destrucciones" . Esta forma de proceder, muchas veces señalada en el comportamiento artístico de poblaciones aborígenes y en
los niños, en el caso de Silvio Fischbein adquiere nuevos significados, ya que no reniega del contexto urbano ni la procedencia industrial de sus
composiciones.
Metáfora o no del intrincado devenir del imaginario ciudadano, reflejo de los procesos de homogenización y estandarización o critica al súper consumo, estas obras mantienen sin embargo, en esa fascinante oscilación entre percepción y representación y en esa falta de nostalgia con el pasado, un estado latente de afirmación de las cualidades lúdicas, donde la sinceridad, el humor y la intencionada simplicidad superan cualquier comentario social.
--------------------------------------------------------------
Del 13 de diciembre el 31 de enero
Galería Pasaje 17, Bartolomé Mitre 1559