Entrar en el universo de “Vivir juntos, solos” es como meterse en una cápsula sellada. Es como esa sensación de aislamiento y silencio que sentimos cuando metemos la cabeza  debajo del agua. Afuera, por la calle Uriarte en pleno Palermo, los autos se amontonan ruidosos. Pero una vez dentro de la galería de Arte Contemporáneo Gachi Prieto, pareciera que el mundo quedara muy lejos. Estamos solos y acompañados de estos retratos de la asfixia.
Sebastián Camacho, el artista colombiano nacido en 1982 en Bogotá, aborda los cambios que se fueron dando en relación con cuestiones básicas de la existencia a partir de las experiencias colectivas resultado de la pandemia. Cambios en la relación con nuestros cuerpos, nuestros espacios privados, nuestros hogares y también con cuestiones básicas de la existencia, tales como respirar y la percepción del tiempo. “Esta muestra plantea y abre interrogantes respecto a cómo fueron cambiando o adquiriendo nuevas dimensiones, en nuestra cotidianidad, ciertos procesos o relaciones esenciales”.

Cómo transmitir la experiencia colectiva del encierro, la sensación general de ahogo y el cambio en nuestros cimientos. Todo lo que nos deja un momento que hasta hoy parece haber sido un paréntesis, una pausa sin certezas más que el lugar que habitamos. Y con esas reflexiones, el artista intenta también preguntarse qué pasa con la soledad y la compañía.
Con bolsas en la cabeza las personas retratadas se mantienen indiferentes, casi desinteresadas. Están en una situación de entrecasa, sin calzado, y relajados en una silla o sillón. Hay pasividad en sus cuerpos. Sus posturas transmiten resignación. No hay miradas directas, solo en uno de la serie de tres retratos del chico con camisa a cuadros. En los dos primeros, nos esquiva la mirada para luego en el tercero, dirigirnos una mirada casi de reojo.

En todos los trabajos expuestos el color es protagonista, aunque en gamas muy amigables y cotidianas que Camacho rompe con algún elemento estridente, como el instrumento que la mujer toca o un objeto en la pared del fondo del hombre que fuma. Se nota el oficio y la técnica, sobre todo en las luces de esos cuerpos. Mi favorita: “Pies”, (óleo sobre lienzo, 80x80cm, 2022) o cómo transmitir una sensación de asfixia desde la marca que el elástico de una media demasiado apretada deja en los tobillos. 
La puesta del montaje suma amplitud a la propuesta, con rectas de colores que continúan en la pared de la galería las líneas de la obra. Esta exhibición de seis obras de medio y gran formato se puede ver gratuitamente hasta mediados de agosto, en Gachi Prieto.