Nota publicada online
Las creadoras de Cabinet óseo, colectivo artístico originado en el interés de ambas por las ciencias naturales, el arte y la espacialidad, exhiben sus Memorias del futuro en la Casa de Victoria Ocampo del Fondo Nacional de las Artes. Hasta el domingo 28 de mayo.
Primero fueron los huesos, falanges y el esternón convertidos en joyas y más tarde, otros órganos como el corazón con sus arterias. Lo cierto es que estas dos artistas, hijas de médicos, encontraron la belleza en el interior del cuerpo humano.
Celina Saubidet es escultora y, en 2004, convocó a Marina Molinelli Wells, diseñadora industrial, para crear las piezas para su muestra Ósea en la que vestía a mujeres con huesos modelados sobre sus cuerpos. Desde entonces trabajan juntas y conforman Cabinet óseo, un proyecto artístico en el que investigan la anatomía humana, visibilizando su interior y re materializándolo en esculturas e instalaciones de pequeño y gran formato. Muchas de ellas son joyas realizadas en bronce, alpaca o resinas que indagan las formas de la naturaleza. Hacen visible lo invisible y lo transforman en arte.
En 2019, expusieron Reinos en el Museo de Arte Decorativo y sus Crisálidas invadieron el magnífico y formal salón del Palacio Errázuriz Alvear: enormes y delicadas filigranas de formas envolventes que invitaban a habitarlas, escalarlas o simplemente, admirarlas.
Lo cierto es que con sus audaces propuestas siempre sorprenden; en esta oportunidad, tomaron la emblemática casa de Victoria Ocampo, ubicada en Barrio Parque -donde hoy funciona la sede del Fondo Nacional de las Artes-, para estas Memorias del futuro que nos hacen reflexionar sobre la importancia del trabajo en comunidad y colaborativo. “Esta es una muestra colectiva; sin todas esta manos que trabajaron hubiera sido imposible de realizar”.
Desde la entrada de la casa, unos “líquenes de aluminio” trepan por las paredes hasta alcanzar la terraza. “Es una obra que demandó 4.000 latas recuperadas y muchas manos para procesarlas”, cuentan las artistas. Para esto acudieron a una fundación de madres adolescentes donde dictan talleres de manualidades y oficios; para muchas de ellas -mayores de 18-, ésta resultó su primera experiencia de inserción laboral. Lo mismo sucede con un mural de huellas fósiles, objetos de la naturaleza impresas sobre arcilla blanda y luego cocida. Huellas realizadas por diez adolescentes convocados especialmente para la tarea.
En una pequeña sala negra a la que se ingresa atravesando un telón, brilla un corazón verde, la icónica pieza de Cábinet Oseo y, en la sala principal, tres instalaciones lumínico-sonoras desafían al visitante a sumergirse en un paisaje de ensueños. El espectador puede caminar debajo del agua a la sombra de un Irupé, dejarse alcanzar por la lluvia en plena selva misionera o recorrer un bosque patagónico. Las artistas parten del corte de un tallo de un irupé, de un tronco de banano y de un pino trabajados como una gran filigrana de acero y -mediante un juego de luces y sombras- provocan una experiencia inmersiva sensorial única que recrea ámbitos naturales como los Esteros del Iberá, la selva y el bosque.
En el primer piso, reeditaron el salón comedor de Victoria Ocampo donde exhiben sus nuevos objetos de uso: un fantástico juego de cubiertos que diseñaron en colaboración con Leandro Vainberg, quien les confió la última producción de cubiertos de acero de la fábrica Volf. Otra obra en colaboración.
En un coqueto “dressoire-alajero” se exhibe la última producción de joyas de Cabinet Oseo, una delicada “colección de amuletos para la conservación de las especies”.
Finalmente en la terraza de la casa, se despliega una mata de cochayuyos, unas algas de gran tamaño que habitan las costas subantárticas, hoy consideradas un superalimento por ser fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes. Esta enorme y bella escultura también está realizada en aluminio proveniente de las latas recicladas artesanalmente en colaboración con Fundación Kaleidos y Action Children. “En la naturaleza todo es colectivo, por eso tenemos que apuntar a lo colectivo para la transformación, y trabajar en equipo, promover y generar un trabajo colaborativo es imprescindible”, sostienen.
Una lata dura más tiempo en la Tierra que muchos seres vivos. Celina Saubidet y Marina Molinelli Wells encontraron la forma en que lo hagan siendo parte de una obra de arte creada en trabajo colaborativo y así darles un nuevo sentido de vida.
Memorias del Futuro es una muestra para recordar que nosotros formamos parte de la Naturaleza y que somos responsables de su cuidado.
Hasta el domingo 28 de mayo, de jueves a domingos de 14 a 19, con entrada gratuita.