Nota publicada online
Una muestra que reúne a a falmilia de artistas Benmayor en su primera exhibición juntos con curaduría de Irene Gelfman
El goce por la pintura reúne a la familia Benmayor en su primera exhibición juntos, ocurrencia de la galerista Gachi Prieto quien les propuso este diálogo único entre padre e hijos. A este desafío lo asume la curadora Irene Gelfman quien tomó a las obras de Samy Benmayor como eje curatorial. Reafirmando no solamente la trayectoria artística, sino también la mirada orgullosa y cariñosa de un padre hacia sus hijos. De modo tal, sus piezas se transforman en el hilo conductor y el punto de unión para el diseño de montaje.
Irene Gelfman tiene la capacidad de transmitir al espectador esta idea del placer que genera el acto en sí de pintar desde el disfrute egoísta del artista y de la práctica de la pintura por la pintura misma. Tan así que el espectador recibe ese mismo gozo y participa de la celebración propuesta. Como es el caso de la artista Matilde Benmayor que “Enfocada en la idea de que la infancia y el juego son claves para descubrir la identidad propia, conecta cuentos o mitos a su obra”, trabaja sus piezas desde la abstracción y comienza a introducir elementos figurativos como el cabello y los pies que se transforman en parte de su lenguaje.
En cambio, José Benmayor desde sus piezas vibrantes y muy coloridas en clave pop, se comunica desde la figuración. Utilizando elementos de su contemporaneidad conectados con su infancia y adolescencia, realizando reinterpretaciones de video juegos, maquinitas o imágenes de la vida cotidiana. En palabras de la curadora “Utiliza el modelo de caja, que va tomando distinta función: tele, cajón de frutas, maquina de juguetes, para generar un registro de objetos que llaman su atención e inmortalizarlos como en un templo de recuerdos y añoranzas.”
Para Samy Benmayor el arte tiene la característica de conectar con el otro. En el texto curatorial comparten parte de sus procesos “crea a partir del error, encontrando en las formas primarias aquel circo que veía a diario durante su infancia”.Trabaja la pintura con mucho sentido del humor. Juega, nos regala imágenes con las que se divierte. El ha sabido influenciar en las obras de sus hijos, así como el también se nutre de ellos.
Tenemos varios ejemplos a lo largo de la historia del arte sobre familias de artistas como los Brueghel, los Bernini y los Carracci, entre otros, o los Picasso y de Kooning; para descubrir cómo sus lazos familiares influyeron en su trabajo y en el desarrollo del arte. Es hermoso pensar a través del ejemplo de las diferentes familias, que el talento y la creatividad pueden ser heredados y transmitidos a través de generaciones. Los Benmayor nos traen esas ideas nuevamente “En cada acto creativo, los Benmayor buscan tesoros. En esta exposición nos muestran los tesoros familiares, los recuerdos, los deseos y los propios anhelos.”