Nota publicada online

jueves 21 de mayo, 2009
STAND B21 - Budich & Giesso

Eduardo Pla

«Reflejos y transparencias del arte»
El proyecto de Eduardo Pla para la 10° edición del OPEN -Exposición Internacional de Esculturas Instalaciones de Venecia- se inspira en una escultura permanente instalada en la ciudad de Punta del Este este Enero pasado en ocasión de los cien años de la fundación de la ciudad.
La escultura es realizada con planos paralelos metálicos donde una esfera irrumpe y se impone sobre la permanente inminencia del plano.
La idea de la obra que será instalada en el Lido de Venecia repropone nuevamente este quiebre espacial, pero el material utilizado en este caso, y también cambios realizados en la superficie esférica, pretenden representar la importancia de la trascendencia y de la luminosidad que transciende el concepto de lo esférico.
Al elegir el vidrio como material básico y la luz como soporte representativo de la obra, la idea sobreentendida es rescatar la poética terrena desde una obscura contemporaneidad.
La obra de Pla es típicamente conceptuosa, en el sentido manierista, que a través del garbo de la imagen, pone en escena el universo melancólico del artista siempre atravesado del sentido acrecentador por la duda mental y una atención existencial.
Escultura al aire libre de Eduardo Pla, que sobre el hilo de una ligereza intencional, quiere atravesar el sentimiento y estabilizar la precariedad de un sentido móvil en la conciencia del espectador.
Si tradicionalmente con la alteración del sentido corriente, el arte desconcierta y asusta, la obra de Eduardo Pla intenta exorcizar fantasmas, fáciles y apocalípticos que producen solamente un salto emotivo, produciendo un paso más allá en la conciencia.
"El enfrenta a las cosas" no es frontal si no, justamente, lateral, según los dictámenes de la cultura contemporánea atravesada por el aporte de las ciencias humanas que ha creado en el artista y en el intelectual de nuestro siglo un sano sentido de la perplejidad unida a la conciencia de la utilización imposible del lenguaje frontal que no es apropiado a clasificaciones frontales.
Por eso Pla pone en escena fragmentos de imágenes relacionadas entre ellas a través de nexos inéditos que producen una complicación clara, una conflictualidad de relaciones que juegan sobre la "superficialismo" de un espacio entendido como lugar de proyección y de vuelco hacia el exterior, hacia una visión fluida en todas las direcciones pero no por la profundidad prospectica.
El neo-iluminismo de Pla consiste en el conocimiento moderno de no poder cumplir actos de ortopedia iconográfica, de no poder cerrar en un imposible orden estático la movilidad de los fragmentos que componen las celdas de la imagen última.
Todo esto está realizado afuera de todos tipos de mentalidad apocalíptica, sin la nostalgia de un centro de visión, a través del utilizo de una intencional ligereza de estilo, producto de una actitud cultural que busca no remover la complejidad sino de poner en escena a través de la esencialidad de la imagen.
Porque el arte no es "amiga de la realidad y de los reflejos", no es cómplice de la realidad externa sino es la herramienta/instrumento que valoriza los conflictos y pone en evidencia las aporías.
La aceptación de todo esto necesita los instrumentos lingüísticos que ponen en evidencia la adhesión, que valorice la definición establecida hacia el lugar paradójico/absurdo de una claridad llena de perplejidad. La perplejidad no es el síntoma de un pesimismo de la Razón sino la evidencia de la imposible elección entre claridad del intelecto y oscuridad de lo profundo.
Solamente el arte puede habitar como bisagra la ubicuidad de la doble posibilidad, no sólo sino la única posibilidad, trama de fantasía e intelecto, pulsión analítica y sintética.
El absurdo es distinto del oscuro no simplemente porque no se deja aclarar completamente. Su peculiaridad consiste en el hecho que se cierra a toda racionalización: es interpretable pero no explicable. En este sentido cada obra de arte autentica es absurda. Cada una permanece indesvelablemente misteriosa.
Shakespeare sabia tan poco si la extraordinaria relación entre Hamlet y su madre como algo que tenia que ver con el "complejo de Edipo", como Beckett sabia quien era Godot." (A. Hauser, Sociología dell’Arte).
"El absurdo" moderno de Eduardo Pla consiste en la aceptación de una "absurdidad constitutiva" de las cosas que lo guia, no forzar con ímpetu materico la imagen sino, además, organizarla secundando aquel residuo de inexplicabilidad del arte que corresponde a lo de la vida.
Pero si la vida, a veces, pone el hombre en las condiciones del asalto para intentar una racionalización, la creación artística reemplaza este tentativo con la posibilidad de una interpretación que respeta siempre el además inexplicable.
Para seguir con este doblez, Pla mueve la claridad de este concepto en la clareza de la imagen, adapta objetos en un dibujo sin carne donde la nominación visual no sustituye las cosas, pero produce la sospecha.
De tal manera el arte no es una práctica dogmática y afirmativa, deja el rol de una re-fundación fuerte de lo real para asumir lo que nos recuerda el sentido transeúnte de lo aparente al mismo tiempo que el definitivo de la grilla conceptual que lo sostiene.
Un tipo de desengaño y de ironía sostiene las composiciones de Eduardo Pla, iluminadas por la claridad interna que denota un recorrido de elaboración de acrecimiento en cuanto mueve no solamente la ubicación de lo real desde la propia estática inicial sino que además valoriza la capacidad de relación que solamente la fantasía creativa y desinhibida del artista puede sospechar.
"El misterio inherente al arte exprime su apropiabilidad a aquello que no obstante, más allá de toda la hermenéutica permanece inexplicable e incomprensible…El misterio es impuesto al arte desde la naturaleza no artística de la realidad y el artista en cuanto extraño a la sociedad, se impone así mismo el hermetismo". Hauser.
El respetuoso sentido de perplejidad corresponde a la conciencia de no apropiabilidad no solamente del misterio del arte sino de la vida misma. El único recorrido posible del artista es aquello de partir desde la claridad de todo esto, de la aparente claridad de las cosas, para arribar a la clareza de la escultura en la penumbra de la propia evidencia representada, la mise-en-scène del sentimiento de perplejidad. La perplejidad laica de Pla produce un universo iconográfico de pintura, escultura y dibujo que traiciona inseguridades si acaso una pasión que se libera en el distanciamiento que Goethe señala para definir la ironía.
Un arma eficaz para controlar delicadamente las pulsiones profundas que cada creación comporta y al mismo tiempo protege sin dogmatismo la grilla conceptual indispensable para cada operación que pertenece al intelecto y a la mano. También a la escultura.
Achille Bonito Oliva

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