Piensan las vivencias y las transmutan poéticamente, desde la individualidad de sus casas, algunas sin acceso al taller y con los elementos disponibles.

Pero las subjetividades se comparten y permiten dialogar entre sí, generando un movimiento que los coloca en una dimensión social.

Confinamiento no es aislamiento, sino una posibilidad de encontrarnos de otros modos, a través de plataformas virtuales.Mientras semanas y meses transcurren entre el encierro y la incertidumbre, se han propuesto un trabajo personal y horizontal de curaduría dialogal.

Sus intercambios se destacan por la agilidad, el entrecruzamiento de miradas, la diversión- por alegría y por lo diverso-, la permeabilidad a los eventos y a la situación mundial, la profundidad de las observaciones compartidas que redundan en nuevos desafíos, nuevos soportes materiales y digitales.

En cada desafío se produce un salto, un crecimiento de la obra en proceso de cada una. Aparecen nuevas dimensiones, mayor soltura en la investigación, los permisos que cada una se habilita, multiplican los sentidos de los trabajos.

La edición en principio, está pensada para Instagram como si fuera una sala de exposiciones, donde el diseño curatorial tiene un sentido visual y temporal, las apariciones van generando un ritmo con propuestas y descansos que llamaron entreactos.

Finalmente, este “tiempo – espacio” tan particular es un entreacto en sí mismo, un paréntesis que los convoca y los provoca a transformar las preguntas en obras en proceso.

Desde el 10 de abril 2020

Esta residencia constituye en sí misma una experimentación abierta y permeable a los tiempos de transformación de nuestro Hábitat universal, cotidiano e íntimo a la vez.

Ariela Naftal

Rut Rubinson

Carla Beretta

María Emilia Marroquín

Silvia Brewda

Ileana Hochmann

Rita Simoni