Nota publicada online

martes 21 de enero, 2025
Rember Yahuarcani en el Marco
Juma. Preservar la memoria. Imaginar el futuro
por Alejandro Zuy
Rember Yahuarcani en el Marco

El Museo de Arte Contemporáneo de La Boca y Fundación Tres Pinos, con el apoyo de la Embajada del Perú en Argentina, presentan la exposición Juma. Preservar la memoria. Imaginar el futuro del joven artista uitoto Rember Yahuarcani con curaduría de Sandra Juárez. La exposición llega a Buenos Aires luego de la participación del artista en la Bienal de Venecia.

La localidad de Pevas se ubica en el noreste del Perú, a orillas del río Amazonas. Allí nació en 1986 Rember Yahuarcani, artista, escritor y activista perteneciente al Clan de la Garza Blanca de la nación Uitoto. Durante varias décadas, que van desde fines del siglo XIX hasta las iniciales del siguiente, esta región peruana y otras del Amazonas brasileño se vieron asoladas por la denominada “Fiebre del caucho”. Todo tipo de atrocidades fueron cometidas contra los pueblos originarios durante ese período y los Uitoto no fueron la excepción. En la actualidad, sobre esa dolorosa huella en la memoria de Sudamérica, también se inscriben otras relacionadas con diferentes tipos de extracción de riquezas.

En el documental El canto de las mariposas (2020) de Núria Frigola Torrent, cuyos fragmentos se exhiben en el primer piso del Museo Marco, se pueden apreciar aspectos de ese singular territorio. Colores, sonidos, climas, texturas y voces acuden al espectador para poder aproximarlo a un mundo cuya cosmovisión debería ayudar a replantear algunos de los paradigmas hegemónicos que han contribuido a hacer de este planeta un lugar menos habitable. Entre las voces que se escuchan en la proyección se destaca la de Martha, la abuela de Rember, quien puso en él y en su arte nada menos que el deber de difundir el legado de sus ancestros. Gracias a su mandato, esos saberes, hoy, atraviesan fronteras.
Mitología colectiva y mito personal se funden en sus obras. Las imágenes de Rember Yahuancani nacieron de los relatos y tradiciones de su pueblo. Son la representación de sí mismos, de sus orígenes, de sus personajes y de sus elementos sagrados. Pintar el mito es una forma de hacerlo presente y de hacerlo perdurar. Su manifestación artística implica otra concepción del tiempo. Si la palabra de su abuela fundó su misión, el oficio de pintor de su padre, Santiago, forjó su talento, fue él quien lo inició en las técnicas básicas necesarias y lo impulsó a exponer. Es así, entonces, que desde el año 2003 Rember Yahuancani ha exhibido individual o colectivamente sus trabajos en museos y galerías de Sudamérica, EE.UU. y Europa, incluyendo su participación en la Bienal de Venecia en 2024.

Al ingresar a la sala ubicada en la planta baja del museo cautiva la atención, por sus grandes dimensiones y potencia simbólica, una instalación designada como La maloca. Esta estructura, típica de la región amazónica, construida con materiales vegetales, es mucho más que una vivienda comunitaria, es un espacio de encuentro, de prácticas rituales y de transmisión de conocimientos. Lo característico de estas construcciones es que se realizan con materiales hallados en el lugar donde se emplazan. En esta oportunidad, se han utilizado maderas procedentes del Museo Campo que la Fundación Tres Pinos posee en el partido de Cañuelas, provincia de Buenos Aires; lugar donde quedará instalada definitivamente.
es una tela vegetal que se obtiene de la corteza del árbol de renaco y que el artista utiliza en muchas de sus obras dado que es un material originario del Amazonas. Su aprovechamiento se informa en otra pintura, Elaboración de la llanchama (2004), donde bajo un tupido paisaje una serie de personajes cumplen las diversas tareas que incumben al procesamiento de este material hasta culminar en un lienzo desplegado.

Estos trabajos de sus primeros años aún tienen una impronta paterna. Narran y describen costumbres y situaciones que hacen a la vida comunitaria. Luego, su estilo se fue consolidando gracias a imágenes visionarias próximas a lo onírico. Una realidad aparte que, de acuerdo a su perspectiva, es la representación de los mensajes de sus ancestros.
Este carácter visionario es posible apreciarlo en tres pinturas que se sitúan en la misma sala. Se trata de Rember y Jitoma (2007), La creación del mundo (2007) y muy especialmente de Nuestros abuelos (2024). En esta última, sobre un fondo negro, una serpiente roja divide longitudinalmente el espacio en dos. Su boca exhala una especie de vapor blanco. Su cola, en cambio, se transmuta en ave. Sobre ella se sitúan una multitud de seres de imposible clasificación naturalista. Son seres mixtos, antropomórficos, de algunos emergen pequeñas ramas, otros portan candiles. En la mitad inferior, el bestiario es similar salvo por la presencia de peces y de dos seres de apariencia humana, de la boca de uno de ellos sale escrita la frase “la garza blanca”, el nombre del clan al cual pertenece Yahuarcani.
En el primer piso pueden encontrarse un gran número de obras, la gran mayoría de reciente producción, que se dividen en tres secciones. Por un lado, el ya comentado documental El canto de las mariposas, por otro, varios conjuntos de pinturas en acrílico negro sobre fondo blanco y por último otras pinturas realizadas con acrílico donde el estallido cromático es protagonista. La decisión curatorial de plantear un notorio contraste entre estos dos grupos expositivos permite que el espectador, durante su recorrido, sostenga un ritmo de observación que no resulte abrumador.
En estas pinturas se alcanza a ver un monumental inventario de los seres que pueblan la geografía y el imaginario indígena amazónico procesados desde un prisma perceptivo maravillado. Ejecutados con detallismo, animales, insectos, entidades mitológicas, referencias genealógicas, especies vegetales y dioses se suceden unos a otros. Al acercarse a ellos se intuye un universo regido por otro principio de realidad. La referencia más clara al título de la muestra se la puede encontrar en Juma, el hombre garza (2022), mientras que el respeto por el legado transmitido por antiguas generaciones es posible verlo en La palabra de Nuestros Abuelos (2024). Reflexiones con el Abuelo Tabaco (2022), en cambio, porta algunas frases que parecen dispuestas para resumir, en tono aclaratorio, la posición político activista de Yahuarcani. Esta pintura, junto con Frente al arte contemporáneo (2024), donde dos anfibios reman sobre una canoa evidenciada gracias a una gruesa y gestual pincelada en negro, son las únicas que parecen establecer un contrapunto explicito entre paradigmas en conflicto.
Rember Yahuarcani promueve el Arte Indígena Contemporáneo como un modo de renovar y expandir la noción de contemporaneidad al tiempo que esto también supone una amplificación de voces, como las de su nación, que fueron históricamente subalternizadas. Ante él aguarda un terreno sembrado de trampas tales como el extractivismo cultural, el indigenismo romantizado, siglos de antropocentrismo y eurocentrismo o las estrategias oportunistas de apropiación de discursos alternativos por parte de las instituciones y el mercado. No obstante, uno de los mayores peligros que deben enfrentar los artistas es subestimar la importancia de estos factores y actuar ante ellos con ingenuidad. Los pueblos indígenas llevan siglos resistiendo y reinventando formas de mantener su memoria, preservarla es saber que se viene de una historia en común e imaginar el futuro es ser consciente que se marcha hacia esa misma historia en común.

Juma. Preservar la memoria. Imaginar el futuro puede visitarse hasta el 30 de marzo de 2025, de miércoles a domingos de 11 a 19 hs.
Almirante Brown 1031 - La Boca - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
 

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