Nota publicada online
El monumento que Gyula Kosice donó a la Ciudad de La Plata en 1982 será reinaugurado
DICE KOSICE SOBRE LA OBRA
El Centro de la Ingeniería de la Ciudad de La Plata me encomendó, en 1982, para conmemorar el centenario de la ciudad la erección de un monumento fuente a emplazar en la rotonda central de uno de los accesos a la misma, en Avenida 7 y 528. En esta oportunidad retomé el tema de la torre de acero luminosa como una suerte de arquetipo de la civilización pero en grandes proporciones y repitiendo el tema central en escalas diferentes, en una suerte de polifonía visual. Al mismo tiempo, intentaba representar a La Plata como faro de irradiación política y cultural de la provincia bonaerense. Siguiendo esta línea, lo bauticé Faro de la Cultura.
En el centro de una fuente de más de 20 metros de diámetro se levantaba la torre central, cribada de puntos luminosos, y abrazada por círculos excéntricos y decrecientes de acero inoxidable. El coronamiento estaba formado por dos casquetes esféricos de plexiglás iluminados desde adentro, lo cual le daba el aspecto imponente de un faro.
La torre estaba circundada hacia los extremos de la fuente por cuatro réplicas virtuales de la misma. Dos de ellas estaban constituidas por dos semicilindros de acero inoxidable, de una altura equivalente a la cuarta parte de la central. Los mismos estaban coronados por dos aros del mismo material de los cuales caían chorros de agua que formaban el semicilindro restante, reconstruyendo así virtualmente la forma cilíndrica.
En los otros dos extremos surgían desde el fondo de la fuente dos chorros de agua de la misma altura que las torres laterales. Los chorros al surgir y luego caer iluminados por los focos subacuáticos generaban una forma que las asimilaba a su vez a torres cónicas. En ambos conceptos ponía en juego aquella posibilidad de conducir la fuerza del agua, de darle forma, expresada ocho años atrás en mi Arte y Arquitectura del Agua.
La obra se inauguró con un acto oficial en el cual la Municipalidad de La Plata aceptó la donación de la obra. En ese mismo acto procedí a enterrar en la base de la obra un mensaje destinado a ser abierto en el año 2082, a los cien años del evento.
Dicho mensaje es, cuando ahora lo leo, un intento de resumir mi concepción de la vida y del arte e intentar la audacia de imaginar como será el mundo dentro de cien años, emitiendo un mensaje válido para ese momento.
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MIÉRCOLES 24 DE NOVIEMBRE, A LAS 12HS
Plaza de la Ingeniería: Av. 7 y 528, La Plata