Nota publicada online
La temporalidad es un tema recurrente en la obra de esta artista que egresó de la Pridiliano Pueyrredón y completó sus estudios con Keneth Kemble y Víctor Grippo.
Interesada por la capacidad del video para plasmar ideas visuales arraigadas en el tiempo, los trabajos de Rivas exploran si- tuaciones donde la temporalidad se materializa como una presencia insoslayable ligada a una acción continua y reiterativa que estimula una sensación de duración sobre el poder del relato audiovisual, sobre sus promesas y sus peligros, abriendo así una nueva pregunta sobre las imágenes y sus referentes.
Desde Arte Online compartimos sus reflexiones en estos tiempos de introspección obligada.
"La cuarentena me encuentra en casa. Tengo el taller bastante alejado y traje a mi madre de 90 años para cuidarla en casa.
Tengo jardín y en esta circunstancia pongo una atención especial a la brisa, el otoño, los pájaros. Trato de conectarme con esa suerte y el respiro que eso significa en un momento como este, pero al salir al jardín como todas las mañanas siento cierta extrañeza, los sonidos del barrio están silenciados, hay algo detenido, expectante.
No puedo decir que la situación de aislamiento me resulte una oportunidad de mayor concentración porque estoy acostumbrada a trabajar enfocada y en soledad en mi taller. Hasta diría que al contrario, me encuentro dispersa tratando de establecer nuevos ritmos que me resisto a encararlos de cualquier otra manera que no sea provisoria.
Sigo con mi trabajo de edición y post-podrucción de las tomas que realicé en diciembre del año pasado. Es un proyecto nuevo relacionado con la serie Momentum, que trataba de la percepción de un instante presente, del estiramiento de ese instante. Ahora en las imágenes nuevas el acento está puesto en la extrema fragilidad de las apariencias, en la transparencia de los escudos que en realidad nos dejan expuestos. Repentinamente el proyecto parece cobrar un sentido nuevo que me descoloca un poco…, el presente es tan impactante que lo tiñe todo.
Desde la práctica es un trabajo minucioso de máscaras y capas, bastante tendioso y que paradógicamente, me sirve de refugio.En este encierro obligado pareciera poder ajustar, corregir y versionar indefinidamente.
Extraño el contacto físico con mis afectos, mi soledad elegida, la sensación de libertad.
Por otro lado es bueno que la demanda del afuera se amortigue un poco, también tener un tiempo para poner en perspectiva las exigencias y el vértigo que nos autoimponemos.
Ante la enormidad de lo que está sucediendo nuestros pequeños mundos parecen aún más pequeños y uno no puede evitar pensar en grande, como una humnidad más repetuosa, más justa, esas cosas…"
Silvia Rivas, mayo 2020