Nota publicada online
En el marco de la celebración de los 15 de la Colección Fotrabat, por primera vez se interviene el espacio de la Colección Permanente con esta importante que permite actualizar y repensar la actividad y los circuitos artísticos del s. XIX.
Centrada en la figura de Jean-León Pallière. La exposición incluye obras de su padre, de su hermano Pierre y de las artistas mujeres de la familia, además de amigos trascendentes en la historia del arte de la época.
El título de la muestra, Red Pallière, parte del interés de Roberto Amigo, curador de la misma, por las relaciones del pintor Jean-León Pallière -pintor francés nacido en Brasil que se radicó en la Argentina en 1855- tanto con su propia familia como con sus amigos. Una muestra que plantea las relaciones entre Europa y Sudamérica, de manera no tan lineal como se plantea en la historiografía.
Red Pallière es una oportunidad única para ver obras que, se exhiben por primera vez y otras, que vienen de colecciones privadas, y que no se exhiben desde 1935. Una investigación que le demandó a Amigo, quién además de historiador del arte es también investigador, más de dos años de trabajo. Son todas obras que se encuentran en colecciones argentinas - cuetro de ellas de la Colección Amalita-, y siete que pertenecen a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.
El primer núcleo, reúne obras de la familia Pallière, una familia de artistas desde el siglo XVIII. El primero de la familia es San Batiste Pallière -abuelo de Jean-León Pallière -, que era grabador. De él se exhibe una obra de 1780, que es la más antigua de la muestra; se trata de una delicada acuarela en tinta, ya preparada para el estudio del grabado. Muy cerca, pueden admirarse, las dos de las obras más importantes de la exposición, obras muy pequeñas de Armand Pallière, el padre de Jean-Léon.
En una importante vitrina se exhibe el Álbum Pallière que reúne ciento y cinco años de historia artística familiar. Estos álbumes provienen de Margarite Pallière subastado en un remate en Marsella. Allí se puede admirar una serie de obras de Pierre Pallière – hermano de Jean-León-, quien también estudia en el taller de François Picot en Paris pero abandona la pintura para entrenar al ejército. Pierre participa en las campañas de Argelia, de la Guerra de Crimea y después en la Guerra Francopusiana y se dedica a hacer caricaturas de sus oficiales. Esta es la primera vez que se expone obra del artista. También hay un precioso retrato de Julia, la hermana menor atribuido a Pierre y un “Baile de hadas” de Luisa, la tercera hija de Armand y Elisa, -la madre- de la que también hay obras.
El núcleo principal está conformado por obras icónicas del arte argentino; se trata de obras que Schiaffino menciona como las más importantes del costumbrismo argentino.
"¿Cuál habrá sido la suerte corrida por esas telas, algunas de las cuales conocemos gracias a sus reproducciones litográficas? Como tantas otras pinturas que ilustraron nuestro pasado, esperemos que reaparezcan para que enriquecer las colecciones de precursores del arte argentino." Se preguntaba el iconógrafo y coleccionista Alejo B. González Garaño a comienzos de los años cuarenta del pasado siglo. Tal como señala Roberto Amigo en los textos de su investigación. Unos años antes, en 1935, González Garaño había logrado reunir para exponer en Amigos del Arte solo diez óleos de formato menor, por lo que definía a Pallière principalmente como un "acuarelista" de asuntos costumbristas y a la reproducción litográfica de las Escenas americanas como el medio privilegiado para conocer el registro de nuestra región llevado a cabo por el artista francés.
Desde entonces, ha ido creciendo el corpus de pinturas al óleo, algunas de ellas registradas por el mismo González Garaño y otras adquiridas por Antonio Santamarina en Europa (la colección de este último fue parte donada al MNBA y parte dispersa) y, finalmente, gracias al efecto de las sucesiones y las consiguientes subastas.
Los hitos de estos "descubrimientos" de pinturas de Pallière pueden fijarse: en 1958, “Idilio criollo”, que había pertenecido a la familia de Antonino Cambaceres; en 1993, “Damas porteñas”, de los descendientes de Jaime Llavalol, y en el último tiempo han salido a la superficie dos obras claves que eran solo conocidas por sus reproducciones y por los comentarios en la prensa de la época. La primera, subastada en 2019, “Tropa de carretas en la Pampa”, firmada por Pallière y Henry Sheridan y, la segunda, “El payador”, descubierta hace tan sólo dos años en una colección privada británica. Estas cinco pinturas fueron descriptas como obras principales de Jean-León Pallière en la carta de John Le Long, publicada en La Tribuna en 1864.
Cada una de pinturas cuenta una particular historia. En “Tropa de carretas en la Pampa”, por ejemplo, el paisaje fue pintado por Pallière y el cielo por su gran amigo Sheridan, otro descendiente de irlandeses, nacido en Ranchos, plena pampa argentina, que se mudó a Inglaterra muy pequeño donde recibió formación su artística. Volvió a Argentina en 1857 y con Jean-León Pallière muchas veces pintaron y expusieron juntos. Esta obra fue una de las últimas que pintaron a dúo y se caracteriza por su formato notoriamente horizontal.
“El payador”, otra de las obras perdidas, que sólo se conocía por una litografía también expuesta en sala, fue descubierta en una propiedad de de los descendientes del irlandés Tomás Armstrong, director interino del Ferrocarril Central Argentino que posiblemente la haya adquirido antes de regresar a Europa y hace sólo un año que volvió a nuestro país.
Cuatro obras de la exposición pertenecen a la Colección Fortabat, el retrato de su hermano Pierre Pallière que, antes de la investigación, se pensaba que era un autorretrato de Jean León, Interior de templo (Bolivia), antes Lima, Vista de Montevideo, ahora con la autorización conjunta con Sheridan y, la cuarta es Los capataces de Pueyrredón. Con esta exhaustiva investigación en algunas obras de la colección se modificaron en su representación y autoría.
Red Pallière es muestra llena de pequeñas y grandes historias de la Historia del Arte y de uno de los artistas que supo registrar magistralmente las costumbres de nuestro país en formación. Es un verdadero lujo poder disfrutar de estas cinco obras, hoy reunidas en esta exposición en Colección Fortabat gracias al trabajo obsesivo de Roberto Amigo.¡Imperdible!
El viernes 15 de diciembre a las 18 hs, habrá un recorrido guiado por la exhibición a cargo del curador Roberto Amigo.