Nota publicada online
El video de Olga Autunno inaugura el calendario de exhibiciones de Arte x Arte, Fundación Alfonso y Luz Castillo, que se completa con fotografías de Ferreras, Aubert y Fasola; las grafías de Silvia Brewda y un bestiario electrónico.
Arte x Arte, Fundación Alfonso y Luz Castillo, inauguró su calendario de exhibiciones con cinco muestras y grafías de Silvia Brewda (con individual en Carla Rey Arte Contemporáneo) que intervienen el montacargas, floreciendo libremente como desarrollos orgánicos descontrolados, dibujando paredes y piso, creando la sensación de envolver incluso a los pasajeros del ascensor. Luego, en las salas se despliegan fotografías de Cristina Ferreras (Álbum de familia), Daniel Aubert (Restos) y Sergio Fasola (Ser argentino).
Re-comenzar (2011), de Olga Autunno, resume lo que sostiene Fredric Jameson cuando advierte que “el video es el único arte (…) en cual la coincidencia fundamental entre el espacio y el tiempo es el lugar exacto de la forma”. En esta pieza en continuado, de 3 minutos, se presentan imágenes de un cuerpo y de una gestualidad que se expresan en la mudez y de un sonido que tarda en producirse. Suspenso antes de esa palabra que lucha por emerger, pero que “se demora: busca el escondite en el silencio”, dice Jorge Zuzulich.
Precisamente, Zuzulich es también el curador de Taxonomía, la exhibición del GAE (Grupo de Artes Electrónicas, UNTREF), que distribuye sus “animales tecnológicos” en la Sala Fuego. Esta intrigante muestra esta compuesta por una serie de dispositivos que llevan pantallas, que desmontan aparatos de transmisión visual y poseen dos caras, que están integrados con elementos de la robótica (se mueven al detectar la presencia del espectador), que reproducen su propio sonido. Las piezas organizan un desusado paisaje “mecatrónico” poblado por entes híbridos, por “animalidades tecnológicas”, que “definen su presencia en la profundidad de las pantallas que portan”.
Las pantallas de distinto formato se posan sobre el suelo o reposan en mesas y, a su vez, transmiten un variado arco de contenidos que exige la atención atenta del observador. Desde imágenes indescifrables y de color político, de archivo cinematográfico, hasta vistas de un ojo sometido a una intervención quirúrgica y recorridos del interior del cuerpo humano tomadas por una camarita.
Las obras que conforman Taxonomía subraya que, tal como apunta el curador, actualmente, “lo que no puede dejar de cargar el hombre contemporáneo está a la vista de todos: es la pantalla. Y esto se da tanto en un sentido literal como figurado. Notebooks, tablets, GPS, smartphones”. Las pantallas reparten parpadeantes reflejos y ofrecen un vivo panorama con obras en permanente transformación.