Geometría sensible y llena de juegos ópticos que seducen al ojo; sus planos, con pocos colores -pregnantes y contrastados- y con precisas esfumaduras, ganan el espacio, giran y se expanden en busca de la tridimensión dejando a su paso vacíos inquietantes. El más allá se hace presente en la obra y no podemos dejar de contemplarla en busca de ese misterio que no quiere ser revelado.

Su obra más reciente finalmente se liberó del soporte y se convirtió en escultura.

Una muestra para ver y disfrutar.