Nota publicada online
Se exhiben en el antiguo Hotel de Inmigrantes obras de catorce artistas seleccionados. La obra ganadora es una videoperformance del tucumano Adrián Sosa.
Una video performance que reflexiona sobre la idea del progreso mal administrado, del artista visual Adrián Sosa (1994, Monteros, Tucumán) resultó la obra ganadora del Premio Braque 2023, organizado por MUNTREF en asociación con el Instituto Francés y la Embajada de Francia. La pieza premiada es exhibida junto a las de los otros trece artistas seleccionados en una muestra que se inauguró el primer día de abril en el Centro de Arte Contemporáneo de MUNTREF que funciona en el antiguo Hotel de Inmigrantes, al mismo tiempo que otra gran exposición de Marie Orensanz, también ganadora del premio en los años 60 y que fue parte del jurado de premiación en esta nueva edición.
La obra galardonada, “Cuando lo profundo está cerca”, es una videoperformance de dos canales con sonido abierto de poco más de 4 minutos “muy bien filmada, con recursos precisos y es conceptualmente eficaz”, según consideró el jurado -integrado, además de Orensanz, por la francesa Marie-Cécile Burnichon, del Institut Français; Aníbal Jozami, rector de la UNTREF y director del MUNTREF; y el portugués José Manuel Goncalvés, director del centro Le 104 Centquatre, en París.
La muestra de esta edición reúne a 14 artistas: La Chola Poblete, Federico Barabino, Mariana De Matteis, Clara Esborraz, Benjamín Felice, Mimi Laquidara, Alejandra Mizrahi, Manuel Molina, Leo Núñez, RICAS Estudio (Dana Ferrari y Clara Campagnola), Florencia Sadir, Adrián Enrique Sosa, Sofía Torres Kosiba, Mariela Vita, seleccionados por los curadores Clarisa Appendino, Eugenia Garay Basualdo y Carlos Herrera.
El Braque es un premio desarrollado con la modalidad de invitación. Cada uno de los tres curadores invitó a participar a 15 artistas. De ese total de 45 que presentaron proyectos, quedaron seleccionados los 14 participantes finales, muchos de ellos no residentes en Buenos Aires, que trabajaron en sala, en contacto con los curadores. El resultado, según puede apreciarse en la muestra que despliega las obras en un amplio sector del antiguo Hotel de Inmigrantes, está signado por una amplia diversidad de técnicas e intereses. “Esta edición se caracteriza por reunir materialidades y enfoques disciplinares que incluyen la renovación de prácticas ancestrales -señala el texto curatorial- como el tejido o la cerámica, el trabajo con la robótica y el arte sonoro, la revalidación de la videoperformance y la apuesta por trabajos que involucran pequeños gestos que se expanden en obras instalativas e inmersivas. Esta enumeración disciplinar constituye el soporte en el que se amplifican elementos imperceptibles o históricamente invisibilizados, compuestos por materiales mayoritariamente de tecnología modesta y de recursos simples. La reformulación crítica de las técnicas y las tecnologías, la construcción de ficciones, en algunos casos ligada a lo fantástico, y las filiaciones con la historia del arte construyen un entramado de situaciones que se superponen y generan un clima de múltiples lecturas”.
La obra premiada de Sosa es la primera que se encuentra el espectador al ingresar en el espacio, proyectada sobre dos paredes en ángulo recto. La segunda, a pocos metros, es la instalación “Ornamento y delito”, de RICAS Estudio, integrado por las artistas Clara Campagnola y Dana Ferrari, que mereció una de las cinco menciones otorgadas. Las otras cuatro artistas que recibieron menciones del jurado son Mariela Vita, por la instalación “La luna en la hamaca”; Clara Esborraz, por el video “Peluquería Sociedad Futura”; Alejandra Mizrahi, por la instalación “Placer y beneficio”, y Florencia Sadir, por la instalación “La cortada”.
Es una pena que no haya estado entre las obras distinguidas la instlación sonora “El sonido como contingencia”, de Federico Barabino. Se trata, en palabras del artista, de “una instalación conformada por un sistema tentacularde pequeños micrófonos proyectados hacia el cosmos a la espera de un sonido en diálogo con un sistema de ampificación tubular a cuatro voces que emiten la sumatoria de todo el espectro de frecuencias audibles”. A la vez, son son esculturas sonoras conformadas por tubis de PVC industrial. Desplegada en una pequeña salita con una ventana con vista a un canal del río, la obra tiene un notable aliento poético y demanda del espectador una escucha demorada, no inmediata, de otras temporalidades.
Adrián Sosa, el artista premiado, será recompensado con una residencia de 4 meses en la Cité Internationale des Arts de París.
La muestra del Premio Braque puede verse hasta el 4 de junio en MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo, Sede Hotel de Inmigrantes, Av. Antártida Argentina 1335 de martes a domingos, de 11 a 18. Gratis.