Nota publicada online
De la exposición Polesello Joven en Malba que puede visitarse hasta el 12 de octubre.
Es difícil elegir una obra de esta exhibición maravillosa, pero me quedo con Policromia, 1972 porque que representa de alguna manera el inicio de las que fueron sus obsesiones formales a lo largo de tantos años.
Polesello fue un artista precoz, brillante, exitoso, que no respondía a ese ideal decimonónico, que teóricamente debe representar un pintor comprometido con su obra. Le gusto disfrutar de la vida a la manera de una estrella-socialité y esto despertó los prejuicios que hicieron que no ocupara el lugar que merecía dentro de la escena del arte, aunque parezca un disparate. Esta no quiso ser una muestra póstuma, fue una exposición en la "Pole" pensó, trabajo y se ilusionó hasta su muerte inexplicable, desde esta perspectiva es accidental que no haya estado para disfrutar de este reconocimiento y puesta en valor que tenemos que celebrar aunque lamentablemente no haya estado para disfrutarlo . Hoy ver esas obras de su juventud me sorprenden y renuevan mi admiración, aun habiéndolo conocido mucho y durante tantos años, así que será sin duda reveladora para el gran publico.
Karina El Azem, agosto 2015
Sobre Karina El Azem | Se reconoce obsesiva, detallista y persistente en su trabajo. Los temas que plantea la artista son tan profundos como la complejidad de los materiales y diversidad de técnicas que emplea. Utiliza materiales que sirven para matar como elemento constructivo: municiones, balas, cápsulas, que en su mayoría fueron usadas y reinsertadas en el mercado. La munición usada como material para bordar, tarea artesanal tradicionalmente adjudicada a las mujeres versus la producción en masa de la industria que más dinero reditúa en el mundo. Sus obras parten de "patterns", suerte de bordados que fotografía y trabaja en la computadora repitiendo estas matrices y estableciendo distintas relaciones de sentido. En casi todos sus trabajos está presente la labor artesanal y la producción en masa representada por la impresión digital para acentuar esa tensión entre lo falso y lo real. Aborda diferentes formas de violencia y autoritarismo tan características de nuestra idiosincrasia, utilizando a su vez una forma de lenguaje arquetípico, la de los pictogramas. |