Nota publicada online
Acerca de la muestra que se presenta hasta el 25 de agosto en la sala de exhibiciones temporales del Museo Nacional de Bellas Artes.
A continuación presentamos un fragmento de la nota que pueden leer completa en el próximo número de nuestra revista multimedia para Ipads, Art gentina.
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Pío Collivadino es el primer paisajista urbano moderno. Una definición que no sólo atañe a la historia de las artes visuales de la Argentina, sino también a la del paisaje retratado: el de la ciudad de Buenos Aires. Al ver hoy el importante conjunto de obras del artista expuestas en el Museo Nacional de Bellas Artes - entre pinturas, grabados y dibujos-, sentimos que Collivadino y la ciudad de Buenos Aires forman una unidad inseparable.
Hijo de inmigrantes italianos, Collivadino nació en 1869 en el barrio de la Boca. Un conjunto de acuarelas de pequeño formato, de 1886, pone de manifiesto su temprano interés por el paisaje urbano y sus márgenes. Cuatro años después de estos trabajos, el artista viajó a Roma, donde estuvo durante 16 años. Allí estudió pintura y se formó como muralista. Sin embargo, durante ese tiempo visitó por breves temporadas la ciudad de Buenos Aires la cual, en 1880, había sido declarada capital federal y experimentaba rápidos cambios.
La historiadora del arte y curadora de la muestra, Laura Malosetti Costa, describe en el texto curatorial el aporte y la especificidad de la mirada de Collivadino: “Fue el artista que, con una paleta clara y técnica divisionista, llevó a la pintura de caballete el paisaje urbano moderno de una ciudad que se fotografiaba y se describía con insistencia en sus contradicciones (prepotencia del progreso, destrucción de formas tradicionales de vida) pero no había sido vista como motivo digno de los prestigios de la pintura”. Son elocuentes los títulos de algunas de las obras respecto de la tensión entre lo nuevo y lo viejo que entonces se vivía:Último farol a gas,Buenos Aires que surge,Los inmigrantes,Demolición abandonada. De esta forma, el artista construyó el paisaje de una ciudad al ritmo de sus transformaciones.
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La presente muestra, con obras pertenecientes a distintos museos y colecciones privadas, recorre el trabajo de Collivadino previo al viaje a Roma, su formación en dicha ciudad, su breve actividad como pintor mural en Montevideo, y los siguientes años en Buenos Aires revalorizando, de esta forma, su obra y trayectoria artística. También tenemos la posibilidad de observar el proceso creativo del artista al contar con el boceto de una obra al lado de la versión definitiva.
Collivadino fue el primer artista argentino que participó en la Bienal de Venecia, en 1901, con el dípticoVita Onesta, que se encuentra en el Museo de Udine. Su segundo envío a dicha bienal, dos años más tarde, fue el óleoLa hora del almuerzoexpuesto en la actual exposición y perteneciente al patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes. Además, integró el grupo Nexus, cuya primera exposición tuvo lugar en 1907. En esta muestra hay pinturas de algunos de los otros integrantes del grupo como Fernando Fader, Justo Lynch y Alberto María Rossi.
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Elegir una obra como mención final de esta nota es muy difícil porque por un motivo u otro todas atraen. La elección recae finalmente en el antes mencionado óleoÚltimo farol a gas, debido a la aparente simplicidad del tema, el cual sólo una mirada atenta y moderna como la de Collivadino fue capaz de captar en toda su dimensión y transformarlo en arte.
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