Nota publicada online
Celebrando los 25 años con distintos proyectos especiales, el tradicional segmento que convoca a conocer y debatir temas en torno al arte contemporáneo y sus diferentes escenas, tuvo momentos más que interesantes en esta edición.
El asalto del presente sobre el resto del tiempofue la consigna que propuso Victoria Noorthorn para esta edición, invitando a pensar pasado, presente y futuro a partir de la mirada y la experiencia internacional de la actual directora del MAMBA. Sólo dos argentinos participaron, el director del MNBA, Andrés Duprat y el curador senior del MAMBA, Javier Villa, Marcelo Pacheco tenía una participación pero no pudo concretarla. El resto se compuso de un equipo de líderes de proyectos especiales de México, Atenas, Nueva York, París, Quito, Sao Pablo, Bangladesh y Los Angeles que presentaron sus trabajos a partir de lo que Noorthorn consideró “el compromiso concreto con una utopía personal”.
Construir el pasado es debatir el presente introdujo algunas ideas sobre cómo acercar los códigos de otras épocas y poner en escena las artes del pasado, algo que viene pasando asiduamente. El tema de la originalidad y la copia que incluye las reconstrucciones de algunas piezas efímeras o perdidas, como el reciente caso de La Menesunda según Marta Minujín, o la muestra de los muralistas que en realidad son dos muestras en una, la original que no llegó a ser inaugurada en Chile por el golpe que derrocó al presidente Salvador Allende y su actualización poniendo en diálogo aquel acervo con piezas del museo nacional.
El caso que planteó José Luis Blondet, curador de proyectos especiales del LACMA (Los Angeles County Museum of Art) quien hurgó en los archivos para dar cuenta de un museo invisible para el público, construyendo las historias de algunas piezas patrimoniales como el Pollock de 1951 comprado a 297 dólares ante la insistencia de un curador. Una vez que estuvo exhibido en una mesa con tapa acompañado de toda la historia de la pieza, fue motivo de una discusión con el resto del plantel del museo, sobre exponer de ese modo una pieza que ahora cuesta unos 75 millones.
Muy especial fue el relato de Pablo Lafuente quien asesora al Museo de Arte precolombino de Quito Casa del Alabado, pues ante una foto de una pieza en cerámica que estuvo a punto de caerse en el último sismo de Ecuador, se salvó pero Lafuente contó que la fragilidad de esas bellísimas piezas del museo es que la mayoría han sido recuperadas de saqueadores de tumbas y sitios, sin poder concretar nada cierto sobre la data y la cultura a la que pertenecieron. Para darnos una idea la imprecisión es tal que algunas de ellas están entre los tres mil y los mil quinientos años de antigüedad, como si esa cifra pudiera decirnos algo.
La segunda mesa intentó Asir el presente es liberar el arte y fueron dos los relatos más significativos. La experiencia de Marina Fokidis de Atenas, porque ella misma reconoció la similitud de las crisis entre Argentina del 2001 y Grecia desde el 2008, porque reconoce que Europa se escindió claramente entre norte y sur lo que implica batallar con magros presupuestos, con buen uso de las redes de proyectos y la cultura asociativa. El Kunsthalle Athenas que ella dirige y la revista que puede conseguirse on-line son proyectos en los que Alemania viene colaborando junto con el aporte que se hará en 2017 por la Documenta 14. La revista lleva un título muy cercano a nuestra posición geopolítica más reconocible: El sur es un estado de ánimo. LINK A LA REVISTA
Alessio Antonioli, director fundador de Gaswork residencia de artistas en el sur de Londres, contó que el nombre viene porque efectivamente detrás del edificio hay una planta de gas. El proyecto se vio revitalizado por la compra del predio que fue remodelado para permitir que trabajen 9 estudios de artistas que alquilan, mientras los otros cuatro son residencias rotativas de toda la red de los mismos proyectos que hay en el mundo incluido el exitoso URRA del Tigre.
La tercera fue muy potente bajo la consigna Imaginar el futuro es cambiar el mundo, la idea de encontrar quienes intentan dar vuelta las cosas y arriesgar nuevos modelos de pensar las instituciones dejó algunos debates interesantes. Sobre todo el que se planteó entre András Szántó consultor del MET y moderador del Global Museums Leaders con el mexicano Osvaldo Sánchez Crespo. Este último creó InSite que nació como un proyecto bienal de deconstrucción desde el arte de la problemática frontera entre México y estados Unidos. Este proyecto se mudó luego al DF, a un barrio que fue mudando de residencial a riesgoso donde se abrió InSite Casa Gallina. La idea es que las residencias allí duran entre un año y medio y dos, y los proyectos deben incluir necesariamente a los habitantes del barrio, potenciando la convivencia, la sustentación y el intercambio entre personas no para un desarrollo colonialista de elevarlos culturalmente sino mejorar la calidad de vida de todos los involucrados. LINK InSite Casa Gallina
La intervención de Mélanie Bouteloup directora artística de Bétonsalon, una ONG parisina que trabaja con un equipo de investigadores para introducirse en los archivos de las instituciones grandes o pequeñas y poder dar visibilidad a artistas olvidados, proyectos menores o desechados por las grandes narrativas de los museos. Tanto Duprat como Blondet reconocieron que sólo el 10% de las colecciones está visible en los museos, la mayor parte permanece invisible en depósitos, y sobre todas esas piezas y documentos hay posibilidad de emprender nuevas narrativas, señalamientos y encuentros maravillosos con otros paradigmas museísticos mejor adaptados al ritmo actual de los acontecimientos que sacuden al mundo todo.