Nota publicada online

lunes 2 de mayo, 2016
Olga Autunno en USAL
Otra Naturaleza
por María del Cármen Magaz
Olga Autunno en USAL

La cuestión del medio ambiente está adquiriendo importancia relevante en las políticas estatales, por lo que requiere una mayor toma de conciencia en los niveles de nuestra sociedad y el mundo.

El movimiento ecológico asocia sus temas a lo social en cuanto trata la superpoblación, la polución y la destrucción de la naturaleza en manos del hombre.

La grabadora y fotógrafa Olga Autunno se inscribe, en esta muestra, en lo que se denomina Land art,  movimiento que se desprende delArte Povera y que se transforma en su corolario. Se abandona la galería, el museo,  el estudio del artista y las obras se realizan en un entorno natural: la montaña, el mar, el desierto, la ciudad o el bosque, como el caso que nos ocupa.

Otra naturaleza

El arte y la naturaleza  establecen un campo de acción que toma lo físico en un sentido amplio; deja de ser un fondo decorativo  y se transforma en objeto artístico. Podemos mencionar numerosos antecedentes como   el llevado a cabo  en 1968  por Denis Oppenheim,   quien intervino la naturaleza  cavando  fosas en una llanura  norteamericana y transportando tierra de un lugar a otro; ese mismo año en la Bienal de Venecia, Nicolás García Uriburu, con un líquido biológicamente inofensivo,  coloreó con un verde eléctrico  fluorescente las aguas del Gran Canal; en 1969 Christo y su esposa Jeanne- Claude empaquetaron  las costas de Little Bay, Australia, con más de 92.900 m2 de tela sintética y sogas.

Todas estas obras,  por lo efímeras y por encontrarse  alejadas de los centros urbanos, se acercan al gran público  a través de la fotografía, los videos, el cine o la  televisión. Esto nos lleva  a preguntarnos  junto a Simón  Marchán Fiz: ¿Dónde está la obra?  ¿en el lugar físico o en la documentación?  

Para Marcelo Brodsky un archivo  de  fotografías -como el llevado a cabo por Olga Autunno  en los incendios del año 2015  en el  valle del lago Cholila y en el Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de  Chubut- es  un archivo permanente, con una información cargada de detalles,  en los que nos reconocemos como habitantes de la contemporaneidad. Olga interviene los bosques incendiados  con la premisa de  poder interrumpir, de alguna manera, la matriz de destrucción que relaciona la naturaleza y lo humano; también  la utiliza como un soporte de experimentación para llevar a cabo una instalación a cielo abierto, sin noción de perennidad. 

María del Cármen Magaz, curadora de la muestra

Podríamos considerar estas fotografías  como un acto de protesta romántico o  quizás  una apropiación visual de la realidad ecológica o un arte de reflexión. A través de tules verdes devuelve el color a los bosques arrasados por el fuego, deja flores y cruces en las cenizas, arma nidos, cementerios,  pájaros,  intenta revivir los arboles carbonizados con suero fisiológico;  éstas imágenes son elementos cargados de sentido con ecos múltiples para cada uno de nosotros.

Hoy diríamos que la creación artística  necesita de un ojo crítico, como el del artista, que puede  identificar las raíces particulares y la atmósfera de nuestra época; pero también requiere, por parte del espectador, de una mirada reflexiva y crítica sobre los deslímites del arte contemporáneo.    

                                                                                                                            

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