Nota publicada online
Olga Autunno presenta, en el Museo Sívori, una conmovedora muestra de fotografías que invitan a la reflexión. La naturaleza afectada por la mano del hombre es el eje de esta muestra que se exhibe hasta el 22 de noviembre.
Donde hubo fuego, cenizas quedan. O, como en este caso, 40.000 hectáreas de bosque nativo arrasado. Uno de los bosques más antiguos del mundo, el del valle del Lago de Cholila y el del Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut, desvastado por la mano del hombre. Miles de cipreses, maitenes, notros, alerces y coihues, muchos de ellos centenarios, convertidos en pocos días en montañas de ceniza inerte modificando para siempre el paisaje y su fauna.
Conmovida por la noticia y guiada por el propósito de crear conciencia, Olga Autunno, artista multidiciplinaria recientemente premiada en el Salón Nacional de Grabado, viaja hacia la zona afectada y llega hasta el centro mismo del desastre.
Cámara en mano, la artista realiza un metódico registro de esta trágica belleza, para luego intervenirla con cruces, lápidas y rosas que dan testimonio de las pérdidas. Movida por su mirada optimista, intenta inyectarle vida a la muerte, interviene con suero fisiológico esos troncos convertidos en carbón y los envuelve con tules color esperanza en un intento de reverdecerlos.
La agudeza de su mirada propone una inquietante reflexión sobre la relación del hombre con su hábitat. Pero, no todo está perdido; aunque sean necesarios miles de años la naturaleza volverá a renacer. El “Elogio del Bosque”, una instalación de pinos abrazada por tules verdes en el centro de la sala, así lo expresa.