Nota publicada online
La exhibición, con la que inaugura la temporada, reúne cinco proyectos que abordan problemas que son parte de la agenda del feminismo más contemporáneo. Curada por Andrea Giunta, quien realizó una selección de cinco artistas que conforman un mapa geográfico y generacional diverso, que incluye cuestiones vinculadas a la identidad, a la relación con el espacio y las personas.
2021 se anuncia como el año de un nuevo inicio. Hemos experimentado la transformación extrema de las experiencias vitales que conocíamos. Todavía podemos recordar las extrañas percepciones que nos atravesaron cuando las ciudades del mundo se vaciaron. Las ficciones futuristas, extremas, y distópicas, de las ciudades vacías, se volvieron con los meses formas posibles, incluso comunes. La distancia social revolucionó nuestras formas de vida. Las noticias de lo que cada día sabemos del mundo se regularizaron en curvas, contagios, proyecciones, muertes, vacunas. Rubros enteros de la economía se han detenido. Hoteles, aviones, escuelas, universidades, conferencias presenciales, oficinas, comercios, cines, teatros, museos, quedaron inicialmente paralizados y vacíos. Un año después no logran retomar su funcionamiento. ¿Será la participación presencial parte constitutiva de la cultura por venir? El arte confirmó su necesidad en formas colaborativas espontáneas o planificadas. No sabemos con certeza qué sigue. Y cabe preguntarnos, ¿a qué estado del mundo queremos volver? La relación devastadora con la naturaleza tocó un extremo. Nos encontramos en un “momento bisagra”. Se anticipa que en la agenda futura el medioambiente estará en primer lugar, las pandemias en el segundo.
Sobre muchos de estos temas el feminismo aportó experiencias y una biblioteca que durante la crisis proporcionó una extraordinaria caja de herramientas. Un feminismo multiplicado que en las calles borró fronteras etarias, raciales y sociales; que recogió tradiciones y expandió conceptos; que cruzó disciplinas y abordó el estado del mundo, la relación de lo humano con la naturaleza, el valor de las economías populares, indígenas, mestizas, solidarias, comunitarias. El feminismo interseccional abordó los legados (ocultos) de la esclavitud en América Latina, de las diásporas y las masacres, —coloniales y contemporáneas—. No solo analizó lo femenino sino también la constitución de lo masculino como pares interdependientes atravesados, ambos, por mandatos sociales y relaciones de poder. Pensó, anticipadamente, las domesticidades y sus peligros. El aislamiento dejó a muchas mujeres a merced de sus agresores. También reveló el sentido múltiple de la domesticidad. Se visibilizaron las economías del cuidado y se descalzaron roles. El feminismo reúne una matriz crítica que propone volver a pensar las formas en las que conocimos el mundo, instrumentos para entender la contemporaneidad, imaginarios del cuidado para el futuro.
Las obras de esta exposición abordan tal estado de cosas. Aunque fueron realizadas antes de la pandemia, nos proponen estrategias éticas, estéticas, conceptuales y políticas desde las que podemos pensar todo de nuevo. Como expresión del pensamiento paralelo, desnormativizado y alterno, el arte expande las formas de entender el mundo.
Las obras de Aline Motta, Esther Ferrer, Joiri Minaya, Pau Delgado Iglesias y Sebastián Calfuqueo proponen agendas de feminismos diversos, potentes en términos históricos, urgentes en términos contemporáneos.
Andrea Giunta
Esther Ferrer (San Sebastián, España, 1937; reside en París), artista feminista histórica presenta una serie de obras que dan cuenta de su importancia y su legado a través de los años.
Pau Delgado Iglesias(Montevideo, Uruguay, 1977) artista uruguaya que investiga la construcción de estereotipos sobre el deseo y la sexualidad en personas no videntes desde el nacimiento.
Joiri Minaya (Nueva York, EE.UU., 1990; creció en República Dominicana) artista afrocaribeña cuyo trabajo es una afirmación del Yo, un ejercicio de desaprender y descolonizar historias, culturas e ideas impuestas; realiza obras sobre la construcción estereotípica de la mujer del Caribe.
Sebastián Calfuqueo (Santiago de Chile, Chile, 1991), artista mapuche que investiga temas vinculados a su identidad, que incluyen videos sobre la comunidad mapuche y una historia de búsqueda de su doble femenino.
Aline Motta(Niterói, Brasil, 1974) registra viajes que realiza por ciudades del agua –de Brasil y de África– conectadas por la esclavitud, en los que indaga en sus orígenes. En un tiempo en el que el feminismo pregunta por el Yo constante e intensamente, incluso por el concepto jurídico del cuerpo, estxs artistas señalan que el sujeto se constituye en relación con lxs otrxs, que habita el planeta junto a la naturaleza toda y conforma experiencias de subjetividad. La diáspora, los femicidios, la esclavitud, los estereotipos son cuestiones que se abordan en estas cinco propuestas –en estas cinco preguntas– y que revelan hasta qué punto la explotación de los cuerpos y su clasificación se constituyen a partir de parámetros que envuelven también a la naturaleza y a las organizaciones extractivistas frente a la misma.
La selección introduce cuestiones relativas al feminismo interseccional, en relación con la raza y con la clase social, además de cuestiones vinculadas al antropoceno.