Nota publicada online
El escultor, poeta y artista Gyula Kosice acaba de publicar “500 Lugares para vivir. La Ciudad Hidroespacial”. El flamante volumen contiene material y reflexiones sobre una de las obras más ambiciosas concebidas por el arte argentino.
El libro está integrado por un conjunto de textos que han sido escritos entre 1946 y 2010, como descripción –más allá de la utopía- de al Ciudad Hidroespacial. “Son mi deseo, constante durante casi setenta años de trayectoria, de poetizar el mundo”, dice Kosice.
Además de las 500 reflexiones de Kosice a propósito de este proyecto que constituye “uno de los más importantes de la vanguardia latinoamericana y universal, por su unión del pensamiento más allá de la utopía con el arte, la ciencia y la tecnología”, según lo definió Gabriel Pérez Barreiro, el libro se completa con fotografías del proyecto, un conjunto de opiniones y textos escritos por diversos especialistas sobre el tema, una síntesis biográfica y una lista de libros publicados por el autor.
“El hombre no ha de terminar en la Tierra”, decía Gyula Kosice en un texto publicado en el único número de la revista Arturo, en 1944. Allí se encuentra el origen de la Ciudad Hidroespacial, un proyecto que fue creciendo en tamaño y complejidad, gracias a la energía inagotable de este artista que propuso recurrir al agua, no sólo como fuente de energía, sino también como material fluido, metáfora de las transformaciones y el devenir. La ciudad se constituye entonces, como un espacio exploratorio capaz de albergar, y aun proponer, unas actividades sin parangón en el mundo al que estamos acostumbrados.
A propósito de esta publicación, señala Rodrigo Alonso: “Kosice entiende que no puede haber una ciudad en verdad nueva, si no se diseña en función de unas formas de vida igualmente inéditas. Como artista integral, no aborda un desafío sino todos. Las descripciones de sus 500 lugares mezclan la prospección con la poesía, la necesidad con el anhelo, el plan con la imaginación. En ellos no existen las contradicciones, ni las imprecisiones, ni la sinrazón, porque están fuera de todos los parámetros que encorsetan la cotidianidad mundana transformándola en una sucesión de acciones rutinarias y vacías. Su imposibilidad es, de hecho, su realidad máxima, porque nos obliga a repensar la categoría de lo posible, y a decidir, en definitiva, en qué mundo queremos vivir. Pocos creadores (porque la palabra artista, aquí, parece insuficiente) han emprendido esta tarea con la osadía y la clarividencia de Kosice. Su Ciudad Hidroespacial es uno de esos maravillosos legados de la humanidad.”
Sobre Gyula Kosice
Kosice, fundador de Arte Madí, es ante todo un poeta que se anima a rebasar, sin demasiadas vacilaciones, el marco de las convenciones consagradas por la academia e inclusiva por las vanguardias, y este empeño lo explicitó (y lo practicó) de manera temprana a comienzos de los 40, en tiempos en que la academia y las vanguardias gozaban de buena salud y proponían límites y programas simultáneamente constrictivos. En una y otra dirección sus propuestas y su escritura infractoria se ubicaron provocativamente “en otro lugar”, asombrosamente excéntrico y fundacional, a la hora de reconocerle raíces, precedencias y deudas teóricas más o menos probables y exigibles.