Nota publicada online
Se inauguró un nuevo espacio de arte en el Museo Nacional de Bellas Artes destinado a ser un espacio de descanso y esparcimiento. Éste, se ubica anexo al Pabellón de exposiciones temporarias y, hasta fin de año, presentará las intervenciones murales realizadas por Daniel Joglar y Mariano Ferrante. El proyecto actual, con curaduría de Santiago Bengolea, ofrece una nueva mirada a la arquitectura del espacio.
El curador señala que la obra de Joglar: "Catálogo de Colores, se basa en la tradición del Movimiento Concreto. El artista realiza una reflexión radical sobre los componentes de la pintura (color y espacio) y la disolución de sus tensiones, tal como aparecen en las obras de la primera etapa de Helio Oiticica, como en los Metaesquemas de los años 1957/58. Con respecto al material utilizado, Joglar emplea el "passe-partout" o "paspart˙" y ,en esta propuesta, apela a la ilusión de figura y fondo y el marco se vuelve materia, color y plano. Ese juego de tensión (claro/oscuro/claro/imagen) se tiene en cuenta cuando se realiza el montaje de una exposición. El color y el ancho del marco empleados también contribuyen a mejorar el efecto ilusorio".
Con respecto a "Construcción Dinámica Nº 46 -12" de Mariano Ferrante, Bengolea explica que fue una obra realizada in situ y se vincula de manera directa con el espacio que ocupa. "Ferrante utiliza el dibujo como resultado de una acción, que le permite desarrollar un sistema de construcción sólido en concepto y forma. Un elemento, en este caso una recta, es rodeada una y otra vez, dando paso a ritmos orbÌtales. Si la escala lo permitiese y esta práctica se continuara se formaría un círculo.
Elije el óleo/pastel por sus características físicas, deja residuos que generan una superficie texturada, húmeda, viscosa que absorbe la luz. Su cambio continuo produce una permanente transformación del color y del ritmo. Haciendo un paralelismo con las notas musicales, cada color corresponde a una nota. Así los colores se articulan generando un ritmo de lectura. Al modificarse los colores por la variación de la luz, se produce un cambio en ese ritmo, una suerte de música visual que desprende un particular estado de espiritualidad. (...) Las líneas se articulan a través del color, la presión, la velocidad, la repetición, el cansancio y el amor comprendidos por la pureza y la precisión de la forma".