Nota publicada online
“¿Dónde puedo conseguir una balanza antigua?”, es la pregunta con la que Bernardo Fernández, empresario argentino, recorre el mundo. Coleccionista de balanzas, ya tiene más de mil ochocientas que presenta en el Museo de la Balanza ubicado en Central Park, complejo de Fernández en Barracas. Como todo inicio de una colección, hubo un primer objeto: una balanza para pesar mercadería (cereales) que Fernández encontró hace quince años en la casa de su bisabuelo en un pueblo de España. La llevó a su oficina y, progresivamente, empezó a descubrirle la importancia tanto material como filosófica. Si bien el inicio de este coleccionismo comenzó con una intención de rescate de la balanza ante su inminente desaparición como objeto por el avance tecnológico, Fernández destaca la relevancia del sentido del equilibrio. “Toda decisión está mediada por un equilibrio o falta de él, y éste, es juzgado por una balanza”, explica el empresario, mientras destaca que lo más difícil de conseguir es la medida justa entre la pasión y la razón.
El Museo de la Balanza, es la organización y exhibición de la historia de este objeto a través de una colección que se renueva y agranda permanentemente. Bernardo Fernández recorre el mundo buscando balanzas, y así se relaciona con las personas de cada país a través de un vínculo atípico: la búsqueda de ese objeto medidor. En el inicio del recorrido del museo, hay una breve introducción de las diferentes representaciones de la balanza a través de la historia como el juicio a los muertos en las pinturas funerarias egipcias o en algunas pinturas del juicio final cristiano. Así, entonces, el público comienza a observar las balanzas organizadas según utilidad que, en cada agrupación, refieren a un contexto histórico: balanzas de opio, de correo, de oro, de cocina, de monedas o pesas de porcelana china. Desde los pesajes más convencionales –balanzas de tipo comercial o de personas-, hasta los más extraños como la recreación de la balanza de brujas, que se presentó en Noche de los Museos del 10 de noviembre. Basada en una balanza original que se encuentra en el Museo de Brujas de Ámsterdam, se realizó un pesaje de brujas que, a modo de diversión, remite a un tiempo histórico en donde se pesaba a las mujeres sospechadas de brujería. Alterando el sistema de medición, si una mujer pesaba menos de cinco kilos – liviana porque volaba sobre la escoba -, era asesinada. Como esa historia, cada funcionalidad lleva intrínseca un tiempo histórico que Bernardo Fernández se propone conservar y ampliar continuando con sus viajes y buscando siempre el lugar donde pueda encontrar una balanza antigua.
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Museo de la Balanza-California 2000, Barracas
4303-0000
museodelabalanza@gmail.com