Nota publicada online
Fundación Proa inaugura su temporada 2024 con la exhibición Lo que la noche le cuenta al día, concebida por el Padiglione d’Arte Contemporanea (PAC) de Milán y con la curaduría conjunta de Andrés Duprat- director del Museo Nacional de Bellas Artes- y Diego Sileo, del PAC.
Lo que la noche le cuenta al día llega a Proa al final del verano, cuando comienza a sentirse en la Boca el comienzo del otoño; un otoño con lluvias torrenciales y, por momentos, violentas. Los 22 artistas argentinos consagrados en la escena local e internacional que participan en la muestra, se cuestionan los claroscuros de nuestra contemporaneidad donde los mitos, tradiciones, idiosincrasias, lenguas y lenguajes heredados de la Europa ‘anhelada’ se entrelazan con lo latinoamericano y se traducen en ciertas violencias que nos alcanzan como sociedad. (Como estas lluvias de este otoño).
La génesis de la muestra fue antes de la pandemia cuando, desde Milán, llegó la invitación a participar de este programa del Padiglione d’Arte Contemporanea (PAC). Un programa internacional en el que invitan a distintos países a mostrar, a través del arte, las escenas y problemáticas locales. “Se trató de un trabajo en colaboración”, explicó Andrés Duprat, curador y responsable de la selección de los artistas. “No es fácil hacer un recorte, sobre todo teniendo en cuenta la gran calidad de nuestros artistas, pero elegimos, con Diego Sileo, transitar por obras de aquellos que conllevan una crítica política y social, muchas veces hechas con humor.” La muestra realizada en Milán contó con el apoyo de Fundación Proa por lo que pensaron en exhibirla también en la Boca para el público argentino. “No es una muestra itinerante”, aclaró Adriana Rosemberg, alma mater de Proa. “Reúne los mismos artistas bajo una única co-curaduría pero, en muchos casos, con distintas obras.”
La sala 1 funciona como el prólogo de la exhibición. Lo primero que ve el visitante al ingresar a la sala es el “Cristo” de León Ferrari, de 1975, una obra que marcó el comienzo del arte político en nuestro país. El diminuto hombre con hacha de Liliana Porter hace de las suyas en una gran instalación en el centro del espacio. Sobre una de las paredes laterales se despliega la documentación de una performance escandalosa e irreverente de Alberto Greco realizada en Roma en el 62 y por lo que fue expulsado del país mediterráneo. Los tajos de Lucio Fontana -el artista más disputado ya que en Italia es considerado italiano y para nosotros es argentino-, también propone una sutil metáfora de violencia.
El centro de la sala 2, una gran caja de madera calada sugiere un gran confesionario pero “es una confesión en sí misma” aclara Jorge Macchi, autor de Shiping; realizada con una caja de envío de obras al exterior, sugiere las dificultades que implica exponer fuera del país. La estrategia de la ameba, la segunda obra que presenta, consiste en una maleta que se desplaza de manera autónoma por toda la planta baja de Proa con un mecanismo de acción y reacción y, para el artista, "es el espectador ideal que crea nuevas relaciones".
Eduardo Basualdo en Italia presentó una instalación similar a la que está exhibida en el Moderno y, en Proa, presenta dos obras realizadas con vidrio; la apenas visible silueta de una paloma estrellada en uno de ellos, habla de la fragilidad de los límites. Un espejo que no refleja, de Leandro Erlich, en el que está apoyado un escobillón denuncia la precariedad laboral de nuestra sociedad. Una gran señalización de Nicolás Robbio marca las tensiones e incoherencias de ciertas políticas que vivimos a diario. Mariana Bellotto presenta el video de una performance realizada en pandemia, que habla de la asfixia, la falta de aire y que provocó gran conmoción en Italia. Dos grandes piezas dibujadas con carbón de Ana Gallardo, donde el negro opaco intensifica su carácter fúnebre, completan la puesta.
En la sala 3, Matías Duville presenta -en mesas de exhibición- el registro fotográfico de su proyecto para “construir una ruina desde el inicio”: una casa desensamblada que sugiere la lógica de nuestro paisaje pampeano donde los muros descasan sobre el terreno al lado de la laguna de Gómez en Junín; un escenario que cambia según la época del año, donde las sequías y las lluvias modifican el paisaje. Las fotografías de Alessandra Sanguinetti muestran otra mirada sobre el campo, no ya el bucólico paisaje, sino la violencia rural con sus animales. Cristina Piffer “imprime” con sangre seca sus billetes. Un polvo volátil que se desprende y cae al pie de la obra; todo un símbolo de nuestro tiempo. Miguel Rothschild expande sus edificaciones apropiándose del espacio. Villar Rojas despliega su proyecto de manera transversal al orden crononormativo: Su metodología está en estrecho vínculo con su vida nómada y la posibilidad de colectivizar el hacer, explorando en estadías prolongadas junto a su grupo de colaboradores las potencialidades de una experiencia, ante todo, territorial y humana. De ese tiempo inmersivo, irrecuperable en su complejidad, quedará un testimonio material, siempre precario e insuficiente: la exposición.
Adriana Bustos, a través de una simple operación de montaje, presenta 2 videos, uno del documental Olympia, realizado en 1938, de apertura de los Juegos Olímpicos en la Alemania de 1936 con Adolf Hitler y, en paralelo, la inauguración del mundial de fútbol de Argentina en 1978 con Videla. Son 13’ de video que muestran una idéntica política fascista de propaganda y la increíble similitud de sus estructuras formales y estéticas. Graciela Sacco, la querida artista rosarina, cierra este núcleo con un espacio empapelado con los “gritos” de sus Bocanadas que refieren a los problemas del hambre y la hambruna: son las bocas silentes de los marginados, los inmigrantes, los caídos del sistema. Los que han perdido su voz.
En la última sala del primer piso una serie de fotografías realizadas en 1993 por Alejandro Kuropatwa, registran la performance de Liliana Maresca desnuda en la revista El libertino: "Maresca se entrega, todo destino". Y al lado, 304 5457, su número de teléfono. Mariela Scafati juega con el color; dos piezas construidas con tela y bastidores de colores terrosos que, organizados en el espacio, forman una figura parecida a un cuerpo humano. Ambas ponen el cuerpo, de distinta manera.
Mientras Tomás Saraceno, en su película habla del aire, Juan Sorrentino lo mueve con las inquietantes vibraciones de su instalación sonora.
Una obra poco conocida cierra la muestra: La Cabalgata de Marta Minujín quién durante la emisión de un programa del Canal 7, La Campana de cristal, llevó fisicoculturistas que explotaban globos, caballos con latas de pintura atadas a sus colas y pollos que corrían por el estudio ante el estupor y horror del presentador del programa y el público. Esta fue la primera performance que se trasmitió en vivo y en directo en 1962 y de la que sólo queda el registro fotográfico. 8 minutos de gloria de la artista hasta que fuera echada del programa.
Lo que la noche le cuenta al día, como el célebre libro de Héctor Bianciotti, describe en esta exhibición, a través de las miradas de 22 artistas, nuestra idiosincrasia y episodios de nuestra historia torrencial y, por momentos, violenta.
¡Imperdible!
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Artistas que participan:
Eduardo Basualdo, Mariana Bellotto, Adriana Bustos, Matías Duville, Leandro Erlich, León Ferrari, Lucio Fontana, Ana Gallardo, Alberto Greco, Jorge Macchi, Liliana Maresca, Marta Minujín, Cristina Piffer, Liliana Porter, Nicolás Robbio, Miguel Rothschild, Graciela Sacco, Alessandra Sanguinetti, Tomás Saraceno, Mariela Scafati, Juan Sorrentino y Adrián Villar Rojas.
La exposición se complementa con un extenso programa de actividades organizadas por el Departamento de Educación para profundizar en las temáticas de las obras y sus alcances en el arte contemporáneo. Cuenta con la colaboración y el auspicio de Tenaris en Italia y Argentina, y la empresa Ternium.
Visitas Guiadas
Público General: Miércoles a domingos, 15 y 17h
Toda la información en www.proa.org