Nota publicada online
Es que en la 8va. edición de la Microferia se repitieron los comentarios sobre el acierto del sistema, el que fue celebrado por los galeristas.
Ideado por el “Turco Echen” como todos lo llaman, consiste en que cada stand sea compartido por dos espacios, uno invita a otro generando diálogos e intercambios que parecen ser enriquecedores. “La verdad es que suma”, “frente a la propuesta, el entusiasmo, porque nos entusiasma la modalidad de proyectar juntos”; “una instancia para pensarnos como escena desde una perspectiva colaborativa”. Esta última aseveración es de Santiago Gasquet, director de la galería Piedras quién compartió espacio con Guido Yannitto y su Remota Galería.
Como ejemplo, la propuesta que elaboraron en conjunto resultó en una armoniosa visualidad; las obras de Matías de la Guerra maridaron perfectamente con las de Sonia Ruiz así como el diálogo formado entre Ivana Salfity y Jimena Croceri se veía muy equilibrado. Fotografías de brazos en alto y ennegrecidos sosteniendo piedras y algunas reales dispuestas en el espacio, obras de Salfity homenajean a una mujer escultora, antepasado de la artista. Croceri presentó una visión cenital de tres vientres de mujeres embarazadas apoyadas entre sí y los objetos derivados de los vaciados realizados en el espacio que las separaba; una operación visual que invita a la reflexión sobre los modos de usos y materiales y las distintas maneras de producción del arte contemporáneo.
Otro acierto fue juntar las producciones de Leila Tschopp y María Suardi, de Hache galería y Galería Diego Obligado, respectivamente. Obligado, de Rosario invitó a Hache de la ciudad de Buenos Aires y la propuesta conjunta generó un gran interés. De distintas generaciones y trayectorias, las artistas ostentan estéticas diferenciadas pero a la vez, vinculares a través de variadas investigaciones espaciales, arquitectónicas y pictóricas en una amalgama envolvente y bidimensional.
La diversidad artística presente estuvo también en precios y formatos y ofreció oportunidades para los intereses de los coleccionistas más experimentados y también para los interesados incipientes.15 stands y 30 galerías. En resumen, como su nombre lo indica la Microferia tiene una escala amable para su recorrido a lo largo de sus 4 días de duración que alcanzan para evaluar más de una vez e indagar en la multiplicidad de propuestas. Si bien la oferta mayoritaria apuntaba a las producciones recientes de artistas con presencia en la escena más actual, en ella hubo lugar para clásicos consagrados como Miguel Ángel Bengochea presente en Galería Jacques Martínez y en igual orden, para revelaciones como la de Orlando Ruffinengo en Calvaresi; se trata de un artista ya fallecido, nacido hacia principios del siglo pasado cuya producción fue rescatada recientemente. La misma galería mostró pinturas de María Guerrieri, formas florales trabajadas que realzan la espesura de la materia y en las más actuales -de tratamiento más plano-, escenas entre ocurrentes y casuales dentro de un clima de extrañamiento, una característica que observo se repite en sus realizaciones a lo largo del tiempo. La artista compartió espacio con Federico Roldán Vuconich, quién presentó objetos escultóricos de apariencia inestable, los que combinan torres de cubos multiformes y espirales.
Algunas otras obras presentes en Microferia 8va edición
Erik Arazi, en Acéfala galería. La propuesta sigue la línea de una investigación que inició hace un tiempo y que continúa perfeccionando, vinculada a juegos geométricos realizados a partir de pastillas para dispositivos mata mosquitos ya utilizadas. Las organiza según dónde se haya dispuesto las aureolas quemadas y luego incorpora alambres y papeles metalizados en combinaciones sintéticas y cuidadas. Estuvo en diálogo con Patricio Escobedo de Gabelich Contemporáneo,con trabajos que implican el juego y las implicancias de la percepción, investigaciones que los artistas comparten.
Luogo galería exhibió a Sebastián Bona en una sucesión de interesantes claroscuros en blanco y negro de distintos formatos, con escenas entre anómalas y fantásticas realizadas con grafito y una factura minuciosa. La bonaerense Isidoro Espacio de arte, galería de Coronel Suárez, presentó a Mónica Rojas; distinguidos dorados mate y también la oposición del blanco y el negro en sus series de telas de gran formato trabajadas con técnicas combinadas a partir de dibujos, pinturas y sublimaciones.
Magnas, y espaciosas las pinturas de Bruno Grupalli contienen guiños a descubrir, como la referencia a la cubierta del vinilo “Superficies de placer” del grupo Virus. La presenta en una obra cuyo espacio ficcional reproduce, entre otros elementos, la magnificencia de un arreglo floral. Por su parte, Gonzalo Beccar Varela exhibe delicados objetos con remembranzas a los marcos tradicionales en los que introduce detalles mínimos y certeros. En María Casado Home Gallery.
Con un bordado de cuatro metros de altura y factura preciosista, María Blanco artista de Subsuelo plasma la city rosarina incluyendo gente, edificios e instancias reconocibles icónicas de su ciudad en una visión semejante a la perspectiva que mostraría un dron. Compartió espacio con Javier Barilaro de Vigil González. El artista exhibió una variedad de paisajes, los que se adivinan, tenues, insertos en composiciones casi monocromas. Rocío Englender mostró planos de tonalidades pastel, elementos disonantes y referencias a la historia del arte representadas de una forma particular y festiva en Moria Galería.
Un párrafo para el stand de la librería de la Municipalidad de Rosario. Ofreció una muy buena selección de títulos y se convirtió en foco de interés.
Premio en obra, creado en 2022 por los coleccionistas Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, otorga premios incentivos en efectivo no adquisición, con el objetivo de conocer, difundir y apoyar las escenas artísticas en diferentes territorios de nuestro país. En esta edición de Microferia los elegidos resultaron: Marcos Díaz Rossi, nacido en San Juan en 1989, donde reside y Nando Migueles (Jujuy, 1976) quien los 16 años se trasladó a Tucumán, donde reside actualmente.
Las obras “Gracias” de Mariano Ullúa representado por Jamaica Galería y “A favor de la fantasía en contra de la inflación”de Ignacio Tamborenea, artista de la Galería Komuna resultaron las elegidas para su incorporación al MACRO, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario a través del Premio Pascual. Otra instancia auspiciosa que acrecienta la colección, fortalece las trayectorias de artistas y galeristas posible a través de la MicroFeria.
8va Edición MicroFeria 2024
en el CEC
(Centro de Expresiones Contemporáneas)
Paseo de las Artes y el río, Rosario, Santa Fé
Del 4 al 7 de julio.