Nota publicada online
Eso dice Mariano Giraud al responder en una entrevista acerca de la función del arte. Estamos siempre valorando el arte; si sirve, si no sirve, que cualquier servicio médico tiene más importancia... Sin embargo, es así de sencillo, la falta de actividad artística hace que el mundo de la representación y por lo tanto del orden entre en cierto estado de deficiencia o disolución. O tal vez sea incluso más sencillo, el estado de felicidad gratuita –que no tiene paga y al mismo tiempo tiene mucho resto– se vuelve indispensable. Si se quiere, el arte nos dice que hay formas cerradas y perfectas que se desenvuelven en esa dicha y de esa manera son eternas; y a la vez, nos dice que hay abismos y angustias que hay que suturar o que siempre están por suturarse, y que de esa manera son eternas. José Villa (extracto del texto de sala)
“Ufficio di Autoconoscenza”, del artista visual Mariano Giraud, da comienzo al recorrido desde la planta baja del edificio de Fundación Andreani. Se trata de una instalación interactiva de carácter tecnológico, en la cual el espectador será registrado por un scanner 3D para luego encontrarse con su versión digitalizada a través de un dispositivo de realidad virtual. La instalación se completa con una serie de esculturas que Giraud realiza a partir de la combinación de la impresión y el modelado 3D con técnicas tradicionales.
Las obras que componen la exhibicion fueron gestadas durante el programa de Residencias Fundación Andreani 2020 y podrán visitarse hasta finales de noviembre.
"Así las formas que Mariano Giraud obtiene de ese impulso, de allí la necesidad
de realizar las cosas del arte; específicamente, de la curiosidad. Arte y curiosidad. Si es cierto que la infancia nos da todo, o casi todo, Mariano me ha contado que
de chico no paraba de hacer dibujos. Ahora mismo, su acción inicial suele ser la
de dibujar en una pizarra virtual y hacer circular esos dibujos por las redes sociales, que después son animaciones en 3d que luego pueden llegar a ser obras físicas impresas, práctica de la que es un precursor en el país.
De sus emprendimientos, los más raros, floridos, y a la vez livianos y lúdicos, son esas formas que escapan al encuadre habitual, pero que están en todas las manifestaciones inacabadas y leves de la naturaleza, en paisajes microscópicos o en la extensión
de galaxias. Son formas que quieren seguir el movimiento de las imágenes y de los descubrimientos de la biología, la paleontología, la geología y otras ciencias que abarcan, por así decir, las posibles y conjeturales capas de la evolución. Siempre hay algo nuevo por leer y otra cosa por decir; lo nuevo, de este modo (hablamos del valor de lo nuevo) es lo que cambia la conformación de las cosas.
Del dibujo en una pizarra, la proyección virtual y su proceso escultórico en impresoras 3d, hay un largo camino y un proceso tecnológico que en buena medida se iguala al desarrollo histórico de las tecnologías. Mariano Giraud es el dibujante que va acau- dalando las formas y que en ese movimiento se va abriendo a la incertidumbre cada vez más material y más exploratoria. ¿Qué será de la obra de Mariano, dónde estará
en unos años? Qué será de esta noción de lo evolutivo, con su gota principal, el tiempo? Me atrevo a decir que transcurrirá en una de las vetas del tiempo, la de la persistencia en busca de una cohesión y un mejor decir de lo que está guardado dentro." José Villa (extracto del texto de sala)
