Nota publicada online
El sábado 14 de Marzo a las 19 hs Mariana Villafañe inaugura, en la galería Pabellón 4 Arte Contemporáneo, ubicada en Villa Crespo
Si las puertas de la percepción quedaran depuradas,
todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito
En las Puertas de la Percepción Adolf Huxley experimenta y registra su experiencia con el mezcal. Apartir de la frase de Blake, Huxley busca la alteración de los sentidos, esa distorsión que le permitiría arribar al encuentro con otras realidades, de espacios desconocidos, de alteridades imaginadas.
Ahonda en la teoría de una capacidad limitada para percibir la realidad del todo. ¿Que se esconde detrás de lo que nos rodea? ¿No es quizás esa búsqueda y el cuestionamiento supremo de pensadores? Tal vez Blake tuviera razón y la respuesta sea contundente: Tal vez se encuentre el infinito.
En [im]percepción Mariana Villafañe continúa trabajando con el movimiento y los efectos ópticos que se generan al superponer patrones geométricos rotativos.
En esta serie Villafañe trabaja con obras cinéticas con tecnología y movimientos micro controlados. Fusiona poéticas visuales que se producen a través de la geometría sensible, en las sutiles vibraciones casi imperceptibles, en el efecto moire y en la representación visual de la vibración del sonido.
...Tomé la píldora a las once. Hora y media después estaba sentado en mi estudio, con la mirada fija en un florerito de cristal.
Este florero contenía únicamente tres flores: una rosa Bella de Portugal completamente abierta, de un rosado de concha, pero mostrando en la base de cada pétalo un matiz más cálido y crema; y, pálida púrpura en el extremo de su tallo roto, la audaz floración heráldica de un iris. Fortuito y provisional, el ramillete infringía todas las normas del buen gusto tradicional. Aquella misma mañana, a la hora del desayuno, me había llamado la atención la viva disonancia de los colores.
Pero no se trataba ya de esto. No contemplaba ahora unas flores dispuestas del modo desusado.
Estaba contemplando lo que Adán había contemplado a la mañana de su creación: el milagro, momento por momento, de la existencia desnuda.