El artista Lucio Dorr murió a los 43 años dejando una profunda tristeza en el ámbito artístico nacional. Su juventud y corpus de obra interrumpidos este miércoles 5 de junio resultan desoladores y, si se trata de su obra, no hace falta más que recorrerla para entender su ingenio y talento.
Sus construcciones abstractas portadoras de ideas arquitectónicas que juegan con la extrema racionalidad y lo orgánico del movimiento, dialogan a su vez con la materialidad y el color. Cada una de sus piezas denota minuciosidad, un tecnicismo que se puede rastrear en su formación como diseñador gráfico en la Universidad de Buenos Aires (1999-2004).
En sus testimonios habla de su obra y se refiere a la observación de la ciudad, de lo urbano y las características proyectuales y morfológicas de ese paisaje general. Dorr pareciera concentrar en cada obra un recorte de ese todo organizado.
Recibió premios y su obra pertenece a colecciones extranjeras y locales, y también museos: la obra de Lucio Dorr se puede visitar en varias instituciones nacionales y, realmente, vale la pena.
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